Con desfile celebrará también bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución
Un paracaidista fusilero se estrelló contra un poste y otro aterrizó fuera de la base de Santa Lucía
Martes 9 de febrero de 2010, p. 12
Base Aérea de Santa Lucía, Edomex, 8 de febrero. La Fuerza Aérea Mexicana festejará su día y conmemorará el bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución con un desfile aéreo en el que tomarán parte aviones biplanos de colección, de combate F-5, de transporte Hércules C-130, Arava y helicópteros; las aeronaves en activo con una antigüedad que, en algunos casos, supera 30 años de servicio.
Ayer se desarrolló un ensayo general del desfile que será presidido este miércoles por el presidente Felipe Calderón. De los 164 paracaidistas que tomaron parte en las maniobras, uno sufrió un accidente al estrellarse contra un poste de electricidad, y otro fue arrastrado por el fuerte viento afuera de la base aérea.
Caras largas
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no informó sobre el estado de salud del fusilero paracaidista que tuvo que ser bajado del poste de luz por sus compañeros y ser trasladado por una ambulancia para recibir los primeros auxilios.
Lo que parecía un ejercicio de rutina terminó con caras largas y de preocupación de los pilotos y soldados que observaban desde la pista de aterrizaje las maniobras complicadas de los fusileros paracaidistas.
Este fue el ensayo general de la parada aérea del bicentenario. La idea, según explicaron mandos de la Fuerza Aérea, es que las maniobras muestren el pasado y lo moderno de la aviación militar.
Como símbolo del pasado, participaron tres aviones Steamer, que datan de los años 1930; como parte de la modernidad, hará lo propio una escuadrilla de aviones de combate F-5, que fueron adquiridos por nuestro país en 1982.
El ensayo general incluyó una operación con paracaidistas.
Inicialmente, un comando de 14 elementos tenía que aterrizar para tomar una posición enemiga
, posteriormente, arribarían 150 paracaidistas más que iban a bordo de tres aviones de transporte Hércules C-130 –cada uno transporta 50–. Sin embargo, el fuerte viento frustró el ensayo y las acciones no salieron como estaban previstas.
Mesa de honor
De entrada, uno de los 14 paracaidistas que iban a bordo de un avión Arava, tuvo tan mal tino que cayó fuera de las instalaciones de la base aérea, el resto, tampoco tuvo mucha suerte, y aterrizó a cientos de metros de su objetivo.
Le siguieron los que iban a bordo de los Hércules, la inmensa mayoría descendió muy lejos del objetivo, que era precisamente el lugar en el que estará ubicada la mesa de honor del Presidente de la República.
El último fusilero que saltó fue arrastrado por el viento hasta que chocó con un poste de electricidad. Pasaron los minutos y el militar no se movía. Al darse cuenta, sus compañeros comentaban entre sí que debía soltarse
del paracaídas.
De las bromas por el impacto, surgió la preocupación, el riesgo de que hubiera recibido una descarga eléctrica generó inquietud. Momentos después, una ambulancia militar llegó al lugar, el soldado fue bajado del poste y subido a la unidad, sin que se informara sobre su estado de salud.
Además de la maniobra con los paracaidistas, se llevará a cabo un bombardeo, con seis aviones Pilatus PC-7; unos helicópteros demostrarán cómo fumigan cultivos ilícitos, y finalmente, seis aviones también Pilatus PC-7, emitirán humo verde, blanco y rojo para sellar la conmemoración.