En México es preciso adecuar la legislación laboral ante la realidad de que 45 por ciento de las mujeres trabajan y 25 por ciento son jefas de familia, señalaron ayer funcionarios y expertos, y añadieron que por ello es necesaria la reforma en la materia y fijar nuevos esquemas de contratación, incluso por hora o por trabajo a distancia.

Durante la presentación del informe Trabajo y familia en México, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), diversas voces señalaron la necesidad de modificar las legislaciones nacionales para incorporar la visión de género en las mismas.

El director regional para América Latina y el Caribe de la OIT, Jean Maninat, recordó que más de 100 millones de mujeres están insertas en el mercado laboral de la región, lo que constituye una cifra inédita, y recordó que es necesario adoptar medidas para lograr que la recuperación económica produzca más puestos de trabajo de calidad y con igualdad de género.

La nueva realidad

El secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, hizo ver que el proyecto de reforma laboral que se presentará al inicio del nuevo periodo legislativo en la Cámara de Diputados contempla modificaciones que tienen que ver con la nueva realidad de participación de mujeres en el mercado laboral.

Planteó que incluso por ello es necesaria la reforma, así como nuevos esquemas de contratación que podrían beneficiar al género femenino, como el trabajo por hora, por capacitación o temporada.

También asistió al acto la presidenta del DIF Nacional, Margarita Zavala, quien sostuvo que las mujeres ya no vamos a regresar a la casa. Esto no les conviene a las mismas mujeres ni a la economía, ni al país.

A su vez, la directora regional del PNUD, Rebeca Grynspan, señaló que si bien en el mundo laboral la incorporación de la mujer es cada vez mayor, en el ámbito familiar el trabajo doméstico constituye una fuente de desigualdad.

Por su parte la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Rocío García Gaytán, señaló que conciliar trabajo y familia es una condición necesaria para el trabajo decente, en un entorno de respeto a los derechos humanos, que tendrá resultados positivos en materia económica y social.