Ayudar, única tarea que deben tener las fuerzas extranjeras en el país caribeño, señala
Exige a Estados Unidos explicar por qué instaló rampas para lanzar misiles en Polonia
Sábado 23 de enero de 2010, p. 18
Moscú, 22 de enero. No preocupa a Rusia el incremento del número de efectivos del ejército de Estados Unidos en Haití, pero advierte que nadie debe aprovecharse de la caótica situación del país caribeño, y sostiene que la presencia militar foránea no puede tener otra finalidad que ayudar a las víctimas del devastador terremoto.
Nos guste o no, a veces, en este tipo de operaciones humanitarias, se utilizan recursos militares, pues es la vía más rápida y eficaz, y en ocasiones simplemente no hay otra para distribuir la ayuda que tan desesperadamente necesita el pueblo haitiano
, afirmó hoy Serguei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.
Creemos que la operación de rescate de este infortunado país debe llevarse a cabo con estricto apego a los principios aprobados por la comunidad internacional para casos similares
, añadió en la ya tradicional conferencia de prensa que a comienzos de año ofrece a los corresponsales extranjeros acreditados en Moscú.
Sí preocupa a Rusia, y mucho, que Estados Unidos y Polonia hayan decidido instalar rampas de lanzamiento de misiles estadunidenses Patriot en territorio polaco, cerca de la frontera con Rusia, y al respecto espera una pronta explicación.
Inicialmente se pensaba emplazar esos misiles cerca de Varsovia y no, como se anunció hace poco, en el noreste polaco, justo al lado del territorio ruso.
Es inevitable preguntarse por qué lo hacen de esa manera, creando la impresión de que Polonia se protege de Rusia. Finalmente es un asunto que compete a Estados Unidos y Polonia, pero si se confirma de modo oficial el cambio de ubicación (de los misiles) esperamos recibir una pronta explicación ante las dudas que surgen
, apuntó.
No lo dijo Lavrov, pero no hace falta para entender que la decisión de instalar misiles Patriot en Polonia puede incidir negativamente –al menos como un factor de irritación más que hay que aclarar– en las negociaciones de un nuevo tratado de desarme nuclear, que deben reanudarse en Ginebra a principios de febrero.
El canciller ruso expresó la esperanza de que las cuestiones pendientes se resuelvan rápidamente
, para lo cual calificó de muy útiles
las consultas que hoy comenzaron aquí los jefes de los estados mayores de los respectivos ejércitos, el almirante estadunidense Mike Mullen y el general ruso Nikolai Makarov.
Estas consultas permitirán precisar las recomendaciones para ambas delegaciones, con la idea de que ello facilite encontrar soluciones de compromiso
, expresó Lavrov.
El ministro ruso no quiso adelantar una posible fecha para la firma del nuevo Tratado de Reducción de Armamento Estratégico, a diferencia del embajador de Estados Unidos aquí, John Beyrle, quien esta misma semana sugirió que los presidentes Barack Obama y Dimitri Medvediev podrían concluir el acuerdo durante la cumbre nuclear que está previsto celebrar en Estados Unidos en abril próximo.
Sin embargo, aún falta resolver algunas diferencias que impidieron suscribir el nuevo pacto de desarme en diciembre pasado, cuando expiró el anterior. A las ya conocidas divergencias respecto del carácter obligatorio de las inspecciones recíprocas y el intercambio de información telemétrica, entre otras, se añadió la reciente exigencia de Medvediev de que ambos parlamentos se comprometan a ratificar simultáneamente el nuevo tratado, o no habrá firma.
En otro orden de cosas, dentro de la estrategia de Rusia para propiciar un mayor acercamiento con América Latina, Lavrov confirmó que en febrero próximo realizará una gira por cuatro países de la región, entre ellos México.
El canciller ruso, tras estar dos días en Cuba, visitará México del 13 al 16 de febrero, y luego viajará hacia Guatemala y Nicaragua.