Es lamentable que en momentos en que la enseñanza es como un territorio devastado se pretenda utilizar la Secretaría de Educación Pública (SEP) para construir la candidatura presidencial de su titular, Alonso Lujambio, ya que cuando el aprendizaje se mezcla con la política los proyectos se frenan y los recursos se desvían a otros fines, como se ha demostrado, alertó la especialista Etelvina Sandoval.

La profesora e investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional expresó que lo que hoy observa la comunidad educativa es que ya no importan las reformas que se han iniciado tanto en la enseñanza media superior como en la básica. Lo que ahora interesa, resalta, es un puesto de poder desde el cual proyectar una carrera política.

Bajo esa óptica, enfatizó Sandoval, la educación les importa un comino, aun cuando hoy día es como un territorio devastado, ya que no se ha trabajado adecuadamente.

A lo anterior se suma el factor Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezado por Elba Esther Gordillo, porque la lógica es que hay que ganarse aún más el apoyo de la dirigencia y, por tanto, hay que darle más concesiones.

Ello, continuó, en el marco de que se ha vendido la idea de que el Partido Nueva Alianza puede dar los votos para hacer la diferencia. De esa manera, lo único que aquí se refuerza es la relación con la dirigencia sindical en perjuicio de la enseñanza. Eso es lo más preocupante.

De esta manera, es momento de decir ¡alto! Con la educación no se puede jugar. Ya se le ha utilizado de manera descarada. Si se quiere construir la candidatura presidencial de Lujambio, es lamentable que se tome la enseñanza como espacio para hacerlo, sostuvo.

Por el contrario, apuntó, lo que espera la sociedad es que la educación sea prioridad del titular de la SEP. Lujambio está obligado a concentrarse en su trabajo, por lo que debe revisar los grandes problemas educativos que nos aquejan.

Por su parte, Manuel Gil Antón, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, expresó: ojalá que no sea cierto, por el bien de la educación. Deseo fervientemente que no sea verdad que se busque utilizar la dependencia como plataforma para una estrategia político-electoral.

Pero en caso de ser cierto lo que hemos escuchado, se volvería a subordinar la educación, que tanto hace falta reformar, a un proyecto político. Sería una pena.

Lo anterior, recordó, en un contexto en el que la enseñanza pasa por una situación muy delicada, como que miles de niños deserten de la primaria, que el abandono de la educación superior sea notable y que está en curso una reforma a la enseñanza media superior y a la básica.

La necesidad de una reforma educativa ya no puede esperar a que haya alguien que la tome en serio y piense más en la enseñanza que en el desarrollo de una carrera política, finalizó.