Persisten las presiones, como en la era Bush, asegura vicepresidente
esclavos
Martes 5 de enero de 2010, p. 19
La Paz, 4 de enero. El gobierno boliviano expresó hoy su deseo de recomponer sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos, congeladas desde 2008, pero no a cambio de que los bolivianos se conviertan en esclavos
del país del norte.
Queremos utilizar sus mercados, aprovechar su tecnología, por supuesto que necesitamos y queremos, pero no a cambio de convertirnos en esclavos
, afirmó Alvaro García, vicepresidente y principal ideólogo del gobierno, entrevistado por la emisora privada Erbol.
Las relaciones con Washington están congeladas desde septiembre de 2008, cuando el presidente Evo Morales expulsó al embajador estadunidense, Philip Goldberg, por haber conspirado contra su gobierno, pese a que el diplomático se declaró inocente.
En reciprocidad, el Departamento de Estado también echó al embajador boliviano, mientras La Paz expulsó dos meses después a la agencia antidrogas DEA por haber utilizado a sus agentes en asuntos de política interior.
La Paz y Washington retomaron en mayo pasado un diálogo bilateral con el fin de firmar un acuerdo marco de relacionamiento, aunque todavía sin resultados. Pese a las declaraciones de buena voluntad, Estados Unidos excluyó recientemente a Bolivia del programa de preferencias arancelarias andinas.
El vicepresidente García acotó: No queremos mercados (en Estados Unidos) a cambio de que nos digan quién debe ser ministro, no queremos preferencias arancelarias a cambio de que nos digan cuál debe ser nuestra política económica, porque seríamos esclavos, seríamos otra vez una colonia, un gobierno servil
.
Según las autoridades bolivianas actuales, esa injerencia estadunidense en la designación de funcionarios bolivianos era común en anteriores gobiernos de corte liberal.
Bolivia pensaba que la presencia de (el presidente estadunidense Barack) Obama traería una renovación en la mentalidad imperial
, pero las presiones no han variado
, como en tiempos del mandatario George W. Bush, concluyó García Linera.