Sociedad y Justicia
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José Sarukhán: la postura, similar a la que se vivió con la teoría de la evolución de Darwin

Se resiste la sociedad a aceptar evidencias del cambio climático

El actual modelo económico tendrá costos sociales catastróficos, señala el doctor en ecología

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José Sarukhán Kermez durante la entrevista con La JornadaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de diciembre de 2009, p. 35

La sociedad tiene resistencia para aceptar las evidencias del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, porque van en contra de patrones de comportamiento y estándares de vida. La economía mundial se basa en que la gente consuma lo más posible, y así las empresas ganan dinero, dan trabajo y todos estamos felices, pero esto debe cambiar, porque los costos económicos y sociales serán peores, sostiene José Sarukhán Kermez.

Así como hace dos siglos, en la actualidad se mantiene la resistencia a las teorías de la evolución de las especies de Charles Darwin, señala en entrevista con La Jornada el doctor en ecología y rector de la UNAM de 1989 a 1996. Este año, en el aniversario 200 del natalicio de Darwin, el Fondo de Cultura Económica publicó la quinta edición del libro Las musas de Darwin, de Sarukhán Kermez, escrito en 1988.

–¿Cuál es la vigencia de las teorías de Darwin, ante el desarrollo de la biotecnología?

–Total. Lo único que ha hecho el avance de la biología molecular y genética molecular ha sido afinar y dar más detalles del proceso de la selección natural. Debo decir que una de las inspiraciones de Darwin fue nacer y haberse desarrollado en una granja, donde a diario veía el trabajo de la gente que manejaba el ganado y cultivaba las plantas.

Él mismo, más adelante, hizo muchos trabajos de selección con palomas, porque esto le hizo ver que había una gran variabilidad en las especies y que se podían manejar, como si fuera arcilla, por un proceso que después se llamó la selección bajo domesticación, para diferenciarla de la selección natural, que ocurre en condiciones silvestres, donde no hay intervención humana. El mismo hecho de la generación de plantas cultivadas es una manipulación genética. Seleccionamos ciertas características, se descartan otras. Para los fines prácticos todas las plantas son genéticamente manipuladas. Algunos aspectos de biotecnología son similares. El asunto difiere cuando por ingeniería genética se introducen genes de grupos de organismos totalmente distintos a aquellos a los que se aplican. Por ejemplo, bacterias en plantas o en animales. Esto se debe estudiar y valorar.

–¿La degradación ambiental, la pérdida de biodiversidad por deforestación, altera la selección natural?

–Es una de las implicaciones más importantes de todo el trabajo de Darwin, y es que por nuestro desarrollo, a través de la evolución cultural, que es una invención humana, hemos ganado la capacidad de modificar esos escenarios en los cuales el proceso de evolución natural ha ocurrido y sigue ocurriendo. Los ecosistemas son una especie de teatros naturales, donde los procesos de evolución se dan. Los alteramos a un grado tan importante que sí estamos modificando lo que había sido hasta ahora un proceso de evolución orgánica de cierto tipo, la influencia humana esta moviendo eso hacia otra dirección. ¿Esto es bueno o malo? No sé, no podría dar una valoración al hecho de que la ruta evolutiva que empujamos es mala, es diferente.

“Tendríamos que ser más conscientes de ese efecto y no lo estamos siendo. Sí creo que hay una responsabilidad ética al generar esto y no percibirlo. ¿Qué quiero decir con esto? La vida y la diversidad biológica van a persistir a pesar de nosotros. ¿Cuál va a ser y qué efectos va a tener sobre nosotros? Es lo que no hemos sabido ni percibir, ni calcular, ni nos importa aparentemente. Es un gran error.

Creo que tenemos que aprender lo que está pasando con el impacto que tenemos, tanto de destrucción de ecosistemas como de modificación del ambiente, de los climas, de la atmósfera. Si uno asume que hay un proceso evolutivo que ocurre bajo un mecanismo de selección natural, que nosotros somos producto de ese proceso y que tenemos relación con todos los organismos que forman parte de él, muy cercanamente con los primates, más lejanamente con los hongos y las cucarachas, entonces uno tiene que aceptar que hay una responsabilidad de nuestra especie, por haber ganado esa posibilidad que ninguna otra ha tenido en el trayecto evolutivo de la vida en nuestro planeta.

–¿La responsabilidad ética de los científicos está fallando?

–La comunidad científica en cambio climático y pérdida de biodiversidad ha generado la información pertinente y la sociedad no quiere asumir esto, porque va en contra de patrones de comportamiento y esquemas mentales de cómo queremos desarrollarnos, qué estándares de vida queremos, cuáles cosas nos resultan valiosas. En su mayoría son cuestiones de crecimiento material.

“Este sentimiento de ‘bienestar’, que es totalmente innecesario y totalmente lesivo, ocurre porque la economía mundial está basada en que la gente consuma lo más que pueda, porque así las empresas ganan dinero, dan trabajo y todos estamos felices. Esto es una trampa, tiene que cambiar. Si no es así tendremos costos sociales y económicos mucho peores de los actuales. Una de las cosas que no ayuda a que esto llegue a la gente es que los medios no ponen atención a esto.

Los gobiernos tendrían que asumir que la manera en que nos desarrollamos tiene impactos verdaderamente severos para el futuro y para el presente. En cuestión de daños, quienes los asumen son las poblaciones más marginadas, más pobres.

–¿Esto es comparable al oscurantismo que había hace 200 años y al rechazo de aceptar las ideas de Darwin?

–Hace 200 años y también ahora. La resistencia de aceptar que ha habido un proceso de evolución que ha tomado cientos de millones de años y ocurre a través de un mecanismo que no requiere intervención divina, no es fácil de aceptar para grupos con creencias religiosas, fundamentalistas o interpretadoras de la Biblia, que creen que la vida se creó en seis días y al séptimo el que la creó se fue a descansar. Esto es tan vivo ahora como hace 200 años. Tiene que ver con la ignorancia.

No ha habido otro pensador en el mundo cuyas ideas no sólo revolucionaron el campo de su disciplina, sino también otras. A la biología le dio un marco conceptual, que fue la evolución por selección natural, e incidió en áreas relacionadas con filosofía y religión.