Lunes 16 de noviembre de 2009, p. 36
La Arquidiócesis de México consideró que no es un retroceso para el país que 16 Congresos estatales hayan promulgado leyes en contra de la interrupción del embarazo y negó que la Iglesia católica esté detrás de esas reformas.
En un artículo de su semanario Desde la fe, del que se responsabiliza la Oficina de Comunicación Social de la arquidiócesis, refiere que estas medidas han provocado la intolerancia e histérica irritación de organizaciones promotoras de la cultura de la muerte, las cuales han buscado desacreditar estas legislaciones con insultos, chantajes y argumentos irracionales
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Para la Iglesia las modificaciones legales de 2007 en el Distrito Federal, que otorgan a las mujeres el derecho a interrumpir sus embarazos antes de la semana 12 de gestación, han provocado a la fecha el asesinato de más de 30 mil seres humanos
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En el texto de 10 puntos califica de falso
que la Iglesia esté detrás de las reformas aprobadas en los estados o que sean producto de unas cuantas agrupaciones de ultraderecha. Ha sido la misma sociedad civil la que ha emprendido una invaluable lucha en la promoción de la cultura de la vida, revalorando de forma integral a la mujeres en su dignidad de madres y de personas.
Reconoce en el escrito que hubo mayor protagonismo de legisladores de PAN y PRI para efectuar las reformas en los 16 estados. Sin embargo, también hubo diputados de Panal, Convergencia, PVEM e incluso del PRD que respaldaron con su voto las reformas, que se espera puedan establecerse en más estados de la República para que en nuestro país reine la cultura de la vida
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Fines oscuros e inconfesables
Considera que las leyes pro vida
no atentan contra el derecho de la mujer a decidir. Ha sido el egoísmo, la ignorancia y la falta de amor lo que ha llevado a nuestra sociedad a abandonar a las mujeres embarazadas
y que éstas opten por el aborto.
“El argumento de que la mujer es libre de decidir sobre ‘su propio cuerpo’ (habría que recordarles que el ser humano que está en su vientre no es su cuerpo) ha sido utilizado por organizaciones abortistas con fines oscuros e inconfesables. Actualmente abortar no es un derecho, sino un negocio.”
Descarta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda revertir las leyes aprobadas. No puede desconocer el carácter soberano que atañe a las entidades federativas para reformar sus constituciones.