Washington, 5 de noviembre. Científicos decodificaron el genoma del caballo doméstico y hallaron una secuencia que tiene sorprendentes similitudes con el del ser humano, así como más de un millón de diferencias entre las distintas razas equinas.

La investigación, presentada en la edición de este jueves de la revista estadunidense Science, también provee pistas sobre el desarrollo de los mamíferos y ayuda a identificar los genes causantes de las enfermedades en los equinos, escribió un equipo internacional de científicos.

Los caballos y los seres humanos padecen enfermedades similares, así que identificar los genes causantes en el caballo nos permite ahondar en el conocimiento de ambos organismos, afirma Kerstin Lindblad-Toh, principal autora del estudio.

El informe es el resultado de tres años de investigación de un equipo dirigido por expertos del Instituto Broad del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y de Harvard.

Lindblad-Toh, directora de biología genética en el Broad, también es profesora de genética comparada en la Universidad de Uppsala, en Suecia.

Los expertos estudiaron el genoma de una pura sangre llamada Twilight y encontraron que es muy similar a otros genomas de mamíferos.

El genoma del caballo tiene unos 2 mil 700 millones de letras o nucleótidos (moléculas que forman el ADN y el ARN), un poco más grande que el de un perro doméstico pero más pequeño que el del humano y que el de la vaca.

Los investigadores hallaron que 17 de los 32 cromosomas equinos son similares al humano, lo que convierte a los caballos en más cercanos a los humanos que un perro o un ratón.

Los seres humanos domesticaron el caballo hace al menos 4 mil años, y los equinos sufren de más de 90 enfermedades hereditarias similares a las halladas en los hombres.

Los expertos también examinaron el ADN de otras razas – cuarto de milla, andaluz, árabe, hanoveriana, hakkaido, islandés y otros– y crearon un catálogo de más de un millón de diferencias genéticas de una sola letra.

El caballo es el sexto animal doméstico cuyo genoma ha sido secuenciado luego del pollo, perro, vaca, gato y cerdo.

También se han decodificado los genomas del ornitorrinco, del ratón, de la rata, del chimpancé y del mono rhesus.