Hace seis años, estas ranas diminutas de color mostaza vivían por millares bajo el chorro de una cascada africana. Nadie sabía de su existencia antes de 1996. Sin embargo, este martes la rana de Kihansi fue declarada extinta en estado silvestre, símbolo del destino que aguarda a 17 mil especies que hoy día se deslizan hacia la oscuridad.

En el caso de esta encantadora criatura, que contra la norma de las ranas no empieza su vida como renacuajo, sino como una ranita de tonos morados, una presa y un hongo se han combinado para provocar su exterminio.

Casi una tercera parte de los anfibios están en riesgo, lo que los vuelve el grupo que más peligro corre en el planeta, según la más reciente Lista Roja de Especies Amenazadas, publicada este martes por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El registro consigna el estado de 47 mil 677 especies. De los 6 mil 285 tipos de anfibios mencionados, mil 895 están en peligro.

La rana de Kihansi (Nectophrynoides asperginis), que de adulta mide unos dos centímetros, vivía en estado silvestre bajo la cascada Kihansi, en Tanzania. Apenas en junio de 2003 un recuento había arrojado la presencia de 21 mil ejemplares del anfibio, descubierto oficialmente a mediados de la década de 1990, cuando se realizaba un estudio ambiental para evaluar el impacto de una presa hidroeléctrica que el gobierno de Tanzania se proponía construir sobre la cascada.

Presa y hongo, causantes del exterminio

La construcción de la presa comenzó en 2000; se utilizó un sistema aspersor artificial para proteger las ranas, pero se descompuso en 2003. Casi al mismo tiempo se abrieron las compuertas brevemente para desalojar sedimentos, entre ellos pesticidas que habían contaminado el hábitat de las ranas. Para enero siguiente, el croar de los machos llamando a las hembras prácticamente había desaparecido.

Con números disminuidos y menguada resistencia, las ranas fueron liquidadas por la chitridiomicosis, enfermedad causada por un hongo. Los únicos sobrevivientes conocidos están en zoológicos.

En 2006, el hongo que causa este mal también hizo ominosa aparición en la parte de la selva del centro de Panamá que alberga al sapo de Rabb (Ecnomiohyla rabborum), de mucho mayor tamaño que la rana de Kihansi, el cual usa sus enormes patas para deslizarse de las copas de los árboles al suelo. El macho de esta especie tiene la peculiaridad de que los renacuajos se alimentan de los restos de comida en su lomo. Pero su croar sólo se ha vuelto a escuchar una vez desde que apareció el hongo, y todos los intentos de cruzar este batracio en cautiverio han fallado hasta el momento.

“La continua pérdida de especies, que no tiene precedente, no se debe aceptar como una triste realidad contra la cual nada se puede hacer –sostiene Mark Wright, consejero científico sobre conservación de la sección del Fondo de la Vida Silvestre en Gran Bretaña–. La pérdida de biodiversidad es un indicador alarmante de la salud general del planeta y del bienestar de nuestra propia especie. Debemos actuar para detener esta decadencia.”

De los 5 mil 490 mamíferos del planeta, 79 están extintos, 188 en peligro crítico, 449 en peligro y 505 son vulnerables.

El voalavo del este, roedor encontrado sólo en el bosque tropical de Madagascar, aparece por primera vez en la Lista Roja como especie en peligro porque el método de siembra de roza y quema destruye su hábitat.

Plantas e invertebrados, en el inventario

La nueva lista presenta 293 reptiles que no estaban el año pasado. El total de especies amenazadas llega a mil 677, de las cuales 469 enfrentan la extinción y 22 se cree que se han extinguido. Tan sólo en Filipinas 165 especies endémicas de reptiles se han incluido por primera vez, como el lagarto vigía de Panay (Varanus mabitang), conocido localmente como mabitang, y el espectacular lagarto de aleta (Hydrosaurus pustulatus), que llega a medir un metro de largo y se llama así porque tiene una aleta en el extremo de la cola con la cual se impulsa por el agua. Las crías caminan sobre el agua usando los dedos de las patas, grandes y planos.

La nueva Lista Roja contiene también 12 mil 151 plantas, entre ellas la extraordinaria puya o titanca (Puya raimondii), originaria de Perú y Bolivia, que da semillas sólo una vez cada 80 años, antes de morir, y alcanza hasta cuatro metros de altura. Sufre a causa del cambio climático, además de que el ganado suelto la troza o se alimenta de ella.

Hay asimismo 7 mil 615 invertebrados, como la joya gigante, enorme y roja libélula que habita en el sureste de Nigeria y el suroeste de Camerún, vulnerable por la destrucción del bosque, y 3 mil 10 peces de agua dulce, de los cuales mil 147 están al borde de la extinción. El pez pardo del lodo (Neochanna apoda), que sólo se encuentra en Nueva Zelanda y sobrevive a las sequías enterrándose en el lodo, se ha trasladado a la categoría de vulnerable porque el drenaje, el riego y los fraccionamientos han destruido 90 por ciento de su hábitat en los pantanos.

“Aumenta la evidencia científica de una grave crisis de extinción –asegura Jane Smart, directora del Grupo de Conservación de la Biodiversidad de la UICN–. En enero comienza el Año Internacional de la Biodiversidad. El análisis más reciente de la Lista Roja de la UICN indica que no se alcanzará la meta de reducción de la pérdida de biodiversidad fijada para 2010. Es tiempo de que los gobiernos comiencen a tomar en serio la salvación de especies y procuren tenerla entre sus prioridades para el año próximo; se está agotando el tiempo.”

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya