Los desarrollos actuales de maíz transgénico –con los que se prevé experimentar en México– no serán útiles para el país, pues uno es contra plagas que sólo existen en Estados Unidos y la variedad contra malezas puede resultar más costosa para los agricultores, sostiene el experto Julio Bernal –conocedor de la producción del grano en ambas naciones–, del departamento de entomología de la Universidad de Texas.

En un análisis sobre las ventajas y desventajas de dicho grano, sostiene que en Estados Unidos desde hace una década se ha sembrado para controlar plagas y ha habido beneficios importantes, pero existen diferencias con el entormo maicero de México en cuanto a tipo de plagas.

El maíz BT ha sido efectivo para controlar el gusano cuyas larvas barrenan los tallos o consumen las raíces, pero los insectos que hay en México son distintos. Por ello, explica, esos desarrollos serán ineficaces.

Actualmente Julio Bernal trabaja en el análisis de las defensas antiherbívoras de dicha planta (moderno y criollo) y de los teosintes (gramínea parecida al maíz), así como sobre los impactos de los cultivos transgénicos en los enemigos naturales (depredadores y parasitoides) de las plagas agrícolas.

Detalla que en el uso de ese organismo genéticamente modificado para controlar malezas se ha detectado un incremento en la utilización de herbicidas, los cuales en este país son relativamente más caros. A partir de la experiencia de Estados Unidos, el beneficio neto en el rubro de maíces BT para México podría ser nulo. Ello, sin considerar el costo adicional de la semilla. En tanto, en los TH (tolerantes a herbicidas, que se usan contra malezas) es ligeramente negativo.

Indica: la aprobación del uso experimental de maíz transgénico en México es, por lo menos, prematura. Los problemas que enfrentan los productores no los resuelven los organismos genéticamente modificados que están disponibles.

Ante la falta de un listado reciente sobre dichos problemas, añade, se podría empezar con los suelos deficientes, incluidos los nutritivamente pobres y salinos, la sequía y el gusano cogollero. Para resolver esos conflictos se debe recurrir a la variación genética contenida en los maíces criollos y teosintes, que año tras año sobreviven en condiciones inhóspitas para las variedades comerciales.

Será importante que todas las partes interesadas tengan presente que, considerando el resultado más benévolo, cualquier beneficio derivado del uso de maíz transgénico en México será minúsculo en comparación con los riesgos que representa para el patrimonio nacional y mundial. Se debe tomar en cuenta, agrega, lo que significa la variación genética contenida en los maíces criollos mexicanos y sus parientes silvestres, los teosintes. ¿Para qué arriesgar lo mucho e importante por lo poco, efímero e inverosímil?

Añadió que los peligros asociados al uso de transgénicos en el país se localizan en los sistemas de producción. Habría riesgos sociales y ecológicos, derivados de la introducción de genes novedosos en un entorno silvestre, y agrícolas, que se dan con la entrada de éstos al medio.

Enfatiza: es imposible anticipar la totalidad de riesgos asociados al uso de maíz genéticamente modificado, porque existen pocos antecedentes para un cometido consistente en la introducción de genes novedosos a poblaciones cultivadas y silvestres que son invaluables por sus valores alimenticio, cultural y económico, y ciertamente ningún antecedente con tantas y tan importantes implicaciones para México y el mundo.

Señala que la variación genética es fundamental para el mejoramiento continuo del grano y, dado que esa gramínea es un alimento importante a escala global, podría considerarse patrimonio de la humanidad.