Convertirse en empresas culturales y no depender sólo de recursos públicos son dos de los principales lineamientos que rigen las nuevas condiciones para que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) otorgue apoyos y subsidios a los artistas y grupos independientes.

Así se desprende de lo afirmado por el subdirector general de esa instancia, Sergio Ramírez Cárdenas, cuando en entrevista reiteró que el instituto mantenía el subsidio de 237 mil pesos mensuales al Ballet Teatro del Espacio (BTE), no obstante que la agrupación no responde a las ofertas, apoyos, a la normatividad ni a las condiciones de transparencia, rendición de cuentas e igualdad de oportunidades, que es lo que exige la ley para dar ese tipo de apoyo.

“Ellos (los directores del ballet) –agregó el funcionario– tomaron la decisión de cerrar; no nos gusta eso, lo lamentamos muchísimo y seguiremos buscando opciones, pero éstas tienen que ser bajo una nueva circunstancia, que implica que los grupos independientes no dependan al cien por ciento del instituto y la Federación. Debemos trabajar con corresponsabilidad. No es difícil.”

Según el funcionario, resulta necesario replantear que los apoyos y subsidios que otorga el INBA son un capital semilla para hacer empresas culturales en las que haya cierta recuperación que complemente los recursos federales, y no depender al cien por ciento de éstos.

Ramírez Cárdenas afirmó que, en relación con el BTE, no ha habido recortes de ni un peso. No es producto de crisis económica, de recortes de nada; no se ha recortado el subsidio. Antes, al contrario, ha crecido 64 por ciento en los últimos cinco o seis años, con una inflación de 28 por ciento, y sin embargo se dice que es insuficiente.