El público colmó el vestíbulo del máximo recinto cultural del país
El programa incluyó gran parte del hit parade de la música de concierto mexicana
Jueves 1º de octubre de 2009, p. 4
Sin discursos ni protocolos oficiales, con el hermetismo de las autoridades sobre el estado de las obras de rehabilitación que allí se realizan, una manifestación de investigadores del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a las afueras del recinto y un tumultoso público sometido a incomodidades, se festejó el 75 aniversario del Palacio de Bellas Artes la noche del martes, día exacto de su cumpleaños.
Como ocurrió hace tres cuartos de siglo, el día de la inauguración de ese espacio cultural, correspondió a la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) hacerse cargo del acto.
Para ello, la agrupación preparó un programa con gran parte del hit parade de la música de concierto mexicana.
Estridentes ovaciones
En medio de estridentes ovaciones e inclusive alaridos al principio y al final de su interpretación, se fueron sucediendo la Sinfonietta y el Huapango de José Pablo Moncayo; Janitzio, de Silvestre Revueltas; el vals Sobre las olas, de Juventino Rosas; los Sones de mariachi de Blas Galindo, y el Danzón número dos de Arturo Márquez. También se tocó una obra contemporánea, Encuentros, de Samuel Zyman, festejada, mas no tanto como las otras.
Y no podían faltar las tradicionales Mañanitas, con las cuales la orquesta sinfónica cerró su actuación.
El concierto estaba anunciado para efectuarse en la explanada del palacio, lo cual quizá explica tan multitudinaria convocatoria de público. Sin embargo, tuvo lugar en el vestíbulo del recinto, con los contratiempos que eso significó.
Para la orquesta, por ejemplo, el inconveniente de la acústica, previsible incluso desde antes de que comenzara a tocar. El director Jesús Medina, quien actuó como batuta huésped, admitió que no es la mejor (condición acústica), pero vamos a hacer lo que podamos
.
El público tuvo que aguantar la falta de sillas, tener que sentarse en escaleras o el piso o quedarse de pie, además de soportar el calor húmedo inherente a toda numerosa concentración humana, lo que provocó la molestia de varias personas, entre ellas los pintores Rina Lazo y Arturo García Bustos, quienes fueron quitados por trabajadores de prensa del INBA de unos asientos reservados para los reporteros.
Protesta pacífica y silente
La celebración convocó a funcionarios y ex funcionarios del instituto, entre ellos dos de sus ex directores generales, Ignacio Toscano y María Teresa Franco. Tal vez a sabiendas de eso, cerca de 80 investigadores adscritos al INBA se manifestaron a las afueras del edificio en demanda de incremento salarial.
Fue una protesta pacífica y silente, que concluyó cuando una comisión de los trabajadores fue recibida por personal administrativo de la institución.
En entrevista Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector del INBA, anunció que como parte de los festejos el domingo será inaugurado un nuevo espacio dentro del Palacio de Bellas Artes, con el nombre de El rincón del tiempo, en el cual se mostrarán objetos relacionados con la historia documental del recinto.
Será un espacio permanente, si bien las exposiciones que se presenten allí tendrán carácter temporal.