Durante hora y media dio cuenta de logros
en 4 años; retahíla de reclamos de diputados no priístas
Domingo 6 de septiembre de 2009, p. 30
Toluca, Méx., 5 de septiembre. El gobernador del estado de México, el priísta Enrique Peña Nieto, entregó por escrito al Congreso local su cuarto informe de gobierno. Posteriormente encabezó un acto alterno en el teatro Morelos, ante más de 3 mil invitados, donde transformó el acto republicano de rendición de cuentas en un show mediático.
Antes del acto espectacular
, como lo calificó la gubernamental Televisión Mexiquense, el mandatario estatal escuchó en el palacio legislativo las posturas de los partidos de oposición que le recordaron la realidad que vive la entidad.
El perredista Víctor Bautista le mencionó el aumento en más de 33 por ciento del índice de la criminalidad durante los cuatro años de su gobierno; que más de 600 mujeres han sido asesinadas en el estado de 2000 a la fecha, y de estos crímenes no se han esclarecido más de la mitad; que la tasa de desempleo ha crecido más de siete por ciento y su administración no se caracteriza por la transparencia, pues nadie sabe el destino de los ingresos que recibió el estado, de los excedentes petroleros, por lo que pesa la sospecha de su uso ilegal en el proceso electoral
pasado.
Óscar Hernández Juárez, a nombre del grupo parlamentario del PAN, le dijo que en estos días se nos ha presentado a los mexiquenses en los medios de comunicación, sobre todo en televisión, los logros y el cumplimiento de compromisos acompañados de la promoción de la imagen del gobernador junto a famosos personajes del medio artístico; estamos de acuerdo en que a la ciudadanía se le informe, en lo que diferimos es que la realidad del estado de México es muy lejana de lo que se nos presenta
.
Mientras Peña Nieto escuchaba la retahíla de reclamos, en compañía del secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, quien fue en representación del gobierno federal, a unos 200 metros miles de invitados llegaban al teatro Morelos, custodiado por unos 3 mil policías que, uniformados o encubiertos, sitiaron el centro histórico de Toluca.
A este lugar llegaron 12 gobernadores priístas. También el de Aguascalientes, el panista Luis Armando Reynoso Femat, y los mandatarios electos priístas de Campeche, Colima, Querétaro, Nuevo León y San Luis Potosí, todos ellos apoyados por el gobernante mexiquense en el pasado proceso electoral.
Aunque se esperaba la llegada de Carlos Salinas, el ex presidente no acudió. Sí lo hicieron sus incondicionales: Francisco Rojas, coordinador del PRI en San Lázaro, y Pedro Aspe, quien fue su secretario de Hacienda. También el panista Diego Fernández de Cevallos, quien tuvo lugar en primera fila.
Pasadas las 12 horas, Peña Nieto ingresó al teatro Morelos y, como si fuera una estrella de televisión, fue recibido por una ovación. Subió al escenario y ocupó el atril flanqueado por dos grandes monitores; detrás del podio un escudo nacional en lugar del tradicional emblema del estado de México.
Cero autocrítica
Durante hora y media dio cuenta de los avances de su gestión
en materia de seguridad, educación, salud, campo, comunicaciones, desarrollo económico y turismo, siempre apoyado por un apuntador que le decía cada palabra a pronunciar.
No hubo autocrítica ni tiempo para asuntos polémicos, como el proyecto multimedia Resplandor Teotihuacano que impulsa su gobierno en la zona arqueológica de Teotihuacán, o bien datos sobre los cuantiosos gastos en promover a su gobierno en la televisión.
Al faraónico acto no faltaron los ejecutivos de Televisa ni mucho menos su pareja sentimental, la actriz Angélica Rivera, quien se conmovió cuando el mandatario tuvo el gesto de agradecer a mis hijos Nicole, Paulina y Alejandro, además de Sofía y Fernanda, por el apoyo
. Las dos últimas son hijas de la actriz.
Terminado el acto, Peña Nieto ofreció una pequeña recepción
para unos cien invitados en la Casa Estado de México.