La administración de facto pide austeridad
en un país donde 70% de la población es pobre
La suspensión de préstamos del Banco Mundial y el BID le costará 200 millones de dólares
Domingo 12 de julio de 2009, p. 23
Tegucigalpa, 11 de juio. Golpeada por la crisis mundial, la economía de Honduras puede sobrevivir unos meses a la incertidumbre política y al cese de ayuda multilateral tras el golpe de Estado, aunque la situación para el empobrecido país centroamericano sería crítica a más largo plazo.
Pese a las incipientes sanciones económicas y la condena internacional, el gobierno golpista apuesta a que el cambio de mando en enero suavice el rechazo que desató la destitución del presidente Manuel Zelaya y dejó aún más vulnerable al tercer país más pobre de América, detrás de Haití y Nicaragua.
En sanción por el golpe, la nación exportadora de café y textiles dejará de recibir préstamos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), claves para sus planes sociales y de infraestructura.
Eso tendrá un costo de 200 millones de dólares tan sólo este año, según el gobierno interino.
Además, Estados Unidos –un aliado histórico de Honduras– suspendió los programas de ayuda militar por 16.5 millones de dólares y de desarrollo, a la vez que amenazó con cancelar hasta 180 millones de dólares en otros fondos.
Esto (el recorte en la ayuda) tiene que ver más con una estrategia social a largo plazo y para un país como Honduras estar sin asistencia social es difícil
, apuntó Roberto Sifon Arévalo, analista de Standard & Poor’s en Nueva York.
Pese a las represalias y exhortos internacionales, el gobierno de Roberto Micheletti sigue intransigente en su postura de impedir el retorno de Zelaya, aunque admitió que Honduras enfrentará tiempos difíciles y pidió moderar los gastos públicos.
Hay que hablar de austeridad, les queremos pedir a los ciudadanos que hagan lo mismo
, señaló Micheletti en una conferencia de prensa el viernes, en la que indicó que se garantizaría la provisión de combustible, luego de que Venezuela, aliada con Zelaya, cortara el suministro de crudo.
Los empresarios que respaldan al gobierno provisional de derecha anunciaron que congelarán precios de productos de la canasta básica para tratar de moderar una inflación, que el año pasado superó 11 por ciento y sofoca a los más pobres.
La ministra interina de Finanzas, Gabriela Núñez, dijo que la economía se contraerá en hasta 2 por ciento, lejos de proyecciones más optimistas como las del Banco Central de Honduras que, a principios de año, preveía un crecimiento de entre 2 y 3 por ciento.
Con esta situación crítica se debe garantizar seguridad alimentaria pero si hay pérdidas de empleos y proyectos que van a suspenderse (por el recorte en la asistencia de los organismos multilaterales de crédito) esto sería altamente grave
, señaló Núñez, quien asumió poco después del golpe.
Un asunto regional
Si bien la falta de asistencia es ya un problema para un país donde más de 70 por ciento de la población vive en la pobreza, los analistas creen que lo peor vendrá si se concretan sanciones comerciales, una opción que por ahora parece lejana.
Al comienzo de la crisis, los gobiernos de Centroamérica cerraron el comercio transfronterizo por 48 horas, algo que según estimaciones privadas le habría costado a toda la región unos 61 millones de dólares.
Sin embargo, un bloqueo sería perjudicial no sólo para la economía de Honduras, país que forma parte del tratado de libre comercio entre Centroamérica y Estados Unidos conocido como CAFTA, sino para toda la zona.
Estados Unidos es el mayor socio comercial de Honduras.
Un bloqueo al comercio puede ser crítico, pero 57 por ciento del comercio es con Estados Unidos y está protegido por el CAFTA (...) y en relación con el comercio con Centroamérica, se perjudicarían ellos mismos
, dijo Guillermo Matamoros, economista y líder de la Asociación Hondureña de Maquiladores.
Honduras cuenta con Puerto Cortés, una terminal portuaria con certificación para exportar a Estados Unidos, desde donde embarcan mercadería también países vecinos como El Salvador y Nicaragua.
El otro país en Centroamérica con la certificación estadunidense es Panamá, en sus puertos de Balboa, Colón y Manzanillo.
Por estos vínculos comerciales y de comunicación, el conflicto desatado el 28 de junio tras el golpe y sus posibles consecuencias comerciales también afectaría a otros países de Centroamérica, golpeada por décadas de conflictos militares.
La región ha peleado mucho contra el estigma de los 80, se ha hecho un buen trabajo en este sentido para revertir esta imagen. Una noticia así no es positiva no sólo para Honduras sino para Centroamérica
, dijo Sifon Arévalo.