Ola de rescates estatales en Europa alienta a trabajadores polacos que exigen equidad
Bruselas permite el subsidio a algunas empresas y a nosotros nos prohíbe la ayuda: Galezewski
Lunes 22 de junio de 2009, p. 47
Gdansk, Polonia, 21 de junio. Dos décadas después de haber ayudado a derrocar al comunismo en el este de Europa, los trabajadores del astillero Solidaridad, en Polonia, están listos para luchar por el derecho a compartir los subsidios que han rescatado a empresas en Occidente.
Con sus puestos de trabajo en riesgo y una prolongada disputa con Bruselas por la asistencia estatal, los trabajadores del sindicato que desempeñó un papel clave en la lucha por la democracia se sienten enojados y defraudados por su propio gobierno y la Unión Europea (UE).
Con General Motors como el más reciente gran beneficiario de fondos gubernamentales en el mundo desarrollado, los pedidos de la UE para que Polonia cancele la ayuda estatal que ha apuntalado una industria ineficiente caen sobre oídos cada vez más enfadados.
La Unión Europea dice que debe proteger el empleo de los europeos, así que, ¿por qué quiere que cerremos y que encarguemos barcos de Asia?
, dijo Roman Galezewski, director de la sucursal Solidaridad del extenso astillero Gdansk.
Aquí hay una verdadera voluntad de lucha (...) los trabajadores del astillero lucharon contra los tanques en la década de los 70 del siglo XX a mano limpia. No se juega con gente como ésta
, añadió.
Los trabajadores suman 3 mil, contra los 12 mil que había en los años 80, durante el apogeo de Solidaridad, y representan una fracción de la mano de obra de la ciudad. Pero su fuerza simbólica es considerable.
Lech Walesa, el electricista del astillero que condujo a Solidaridad a la victoria en 1989 y que en 1990 se convirtió en el primer presidente de la Polonia postcomunista, recientemente solicitó a la UE que salvara al astillero Gdansk, diciendo que era parte del patrimonio europeo.
Nuestra gente está furiosa con Bruselas por subsidiar algunas industrias mientras a nosotros nos prohíbe la ayuda
, dijo Galezewski.
Hace mucho que las disputas pisan los talones a los astilleros de Polonia. La ayuda estatal que dio lugar a las investigaciones de la UE fue resultado de prácticas laborales ineficientes en los astilleros, que no han obtenido ganancias desde que Polonia ingresó a la UE en 2004.
La firma ISD Polska, una unidad del grupo ucraniano Donbass, compró la mayoría de las acciones del astillero Gdansk en 2007, salvándolo de la bancarrota.
Pero ahora está a la espera de una resolución de la Comisión Europea sobre si los más de 700 millones de zlotys (222 millones de dólares) pagados al astillero por concepto de ayuda fueron ilegales y deben ser reembolsados.
Solidaridad dice que la ayuda sólo ascendió a 30 millones de zlotys.
Trato desigual
La comisión ha ordenado a los astilleros estatales de las ciudades cercanas de Gdynia y Szczecin que liquiden miles de millones de euros de ayuda. Estos astilleros ahora están en proceso de ser vendidos a otro inversor: United International Trust.
La otrora pujante economía polaca se desacelera rápidamente y los polacos también están muy al tanto de que los gobiernos de Europa han estado gastando miles de millones de euros del dinero de los contribuyentes para mantener a bancos y fábricas automotrices, dejando a la comisión al margen.
Varsovia ha ofrecido pagos extraordinarios para los trabajadores de los astilleros que pierdan sus trabajos en la restructuración de las firmas y también ofreció a algunos recapacitación.
Solidaridad, que se opone a cualquier pérdida de trabajo, dice que los empleadores deberían estar reincorporando a más personas para salvaguardar el futuro de la construcción de embarcaciones. Galezewski, además, restó importancia a los planes de retener obreros tratándose de una economía cada vez más orientada a los servicios.
¿Qué sector es ahora capaz de emplear a más personas en medio de tal crisis? Sólo vamos a gastar dinero en generar más desempleados. Un soldado desempleado o un peluquero desempleado, es lo mismo
, planteó Galezewski.
El enfado de los trabajadores ha forzado al primer ministro, Donald Tusk, oriundo de Gdansk, a trasladar algunos festejos, planeados para el 4 de junio en conmemoración del vigésimo aniversario de las primeras elecciones libres de Polonia, desde Gdansk a Cracovia, en el lejano sur de Polonia.
Futuro tecnológico
Con sus grúas y el gran monumento de tres cruces en memoria de los trabajadores muertos en los hechos de violencia anticomunistas, el astillero todavía es una perturbadora presencia física en la ciudad de 400 mil personas. Pero ya no domina la economía.
Lotos, la segunda mayor refinería de petróleo de Polonia, ahora es la mayor empleadora de la región de Pomerania, que incluye a Gdansk. Entre los inversores extranjeros están IBM y Sharp.
La empatía del público hacia los trabajadores también se está agotando.
A pesar de la pasión de los miembros de Solidaridad, muchos sienten que el futuro de Gdansk está en la informática, el turismo y en las industrias de servicios, y ven a la construcción de embarcaciones como una reliquia de la era comunista no merecedora de futuros salvamentos.