Instaurar un tribunal internacional sobre el estado de la libertad sindical; ampliar las alianzas entre organizaciones para detener la reforma laboral regresiva, y exigir que la crisis la paguen los que la ocasionaron y no los trabajadores, son las conclusiones a que llegaron más de 100 organizaciones gremiales que participaron en la tercera Conferencia Sindical Nacional.

En este foro, organizado por el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), los sindicatos participantes plantearon llevar a cabo una lucha común para hacer vigente la libertad sindical en el país, y se comprometieron a dar toda su solidaridad con la huelga de Cananea y con los sindicalistas colombianos que han sido amenazados.

Derechos ganados

En el documento de conclusiones, más de una centena de organizaciones plantean la necesidad de ampliar la unidad de los trabajadores como única forma de defender los derechos laborales y sociales ganados durante décadas de lucha, y presionar para que la actual crisis económica sea el final del salvaje modelo neoliberal que amenaza con profundizar la pobreza de millones de mexicanos a través de la precarización y la flexibilización del empleo.

Las organizaciones sindicales independientes aseguraron que la crisis la causó el gran capital y las políticas del gobierno federal que actúa como vocero y administrador de los intereses del empresariado, por lo que ellos son los que tienen que pagarla y no las y los trabajadores, como siempre sucede.

Propusieron que se busque una salida a la crisis, distinta a la que quieren imponer los dueños del capital, ya que no podemos permitir que de esta crisis surja un modelo económico más salvaje que el neoliberalismo, que ha sido la mayor fábrica de pobres de la historia mexicana.

En las deliberaciones finales, los trabajadores asistentes a la conferencia acordaron tejer lazos de unidad y solidaridad, de apoyo mutuo en las luchas particulares; detener la reforma laboral regresiva que quiere imponer la administración calderonista; defender de forma irrestricta la libertad sindical y combatir los contratos colectivos de protección patronal.

De igual manera decidieron seguir apoyando la huelga de Cananea y se comprometieron a organizar y llamar al movimiento sindical a la unidad y al trabajo permanente con la población vulnerable, desempleados y trabajadores informales.

No obstante, reconocieron que es indispensable impulsar la renovación de las organizaciones sindicales, puesto que es claro que el concepto y forma actuales de los sindicatos son ya inoperantes y tienen poca credibilidad, e incluso llamaron al movimiento sindical auténtico y democrático a adoptar medidas para organizar a quienes son víctimas de la precarización.