Londres, 15 de mayo. La crisis entre el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, la Asociación de Equipos de la Fórmula 1 (FOTA, por sus siglas en inglés), y el dueño del negocio, Bernie Ecclestone, se cerró hoy sin acuerdos, en espera de que las escuderías presenten una nueva propuesta sobre el límite presupuestario para 2010.

Estamos dispuestos escuchar lo que tengan que decirnos, dijo Mosley tras la reunión en un hotel en el aeropuerto de Heathrow.

El presidente de la FIA confirmó que Ferrari interpuso un recurso de urgencia ante un tribunal de Francia contra el límite voluntario de presupuesto de 60 millones de dólares válido para 2010.

Además de Ferrari, otros equipos como Renault, Toyota, BMW-Sauber y Red Bull han amenazado con retirarse de la Fórmula Uno si el límite aprobado por la FIA en abril seguía vigente.

Antes de la reunión, el director ejecutivo de Williams, Adam Parr, destacó en portal de Internet autosport el significado del encuentro y exigió una solución lo más rápida posible: Por desgracia ya tuvimos hace un año la posibilidad de afrontar esto de una manera más flexible y más amistosa, y ahora temo que el tiempo acabe.

Los equipos son de la F-1 y la FIA debe ser simplemente el árbitro. Las reglas deben ser hechas por nosotros, dijo el jefe del equipo Renault, el italiano Flavio Briatore, antes del encuentro.

Ferrari, el equipo más beligerante y a la cabeza de las protestas, está dispuesto a usar toda su fuerza para imponerse en la FIA. Y de su parte está el gobierno de Italia. El secretario de Estado, Rocco Crimi, señaló que una Fórmula Uno sin Ferrari es como una boda sin novia.

Por su parte, en una entrevista con el periódico Times, el campeón defensor de la F-1, el británico Lewis Hamilton, declaró que ya no se divierte tanto como cuando empezó, ya que la política, sus recientes resultados y la sanción que le aplicaron por mentir le impiden disfrutar. Quiero ser piloto; no hago deporte para ser político, agregó.