El crimen organizado necesita de la clandestinidad para existir, por lo que su principal enemigo, más que el Estado, es la prensa crítica e independiente que da a conocer sus operaciones.

Por ello, el Estado tiene la obligación de velar por la libertad de expresión y proteger la integridad de los periodistas con el fin de que puedan realizar su labor en un ambiente de seguridad y con ello contribuir a una sociedad democrática, afirmó Catalina Botero, titular de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos.

Al impartir el seminario para periodistas Sistema interamericano. Libertad de expresión y acceso a la información en el marco regional, llevado a cabo en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana, Botero señaló: no se le puede pedir a un periodista que sea un héroe; la responsabilidad es del Estado.

A su vez, José Buendía, director ejecutivo de la Fundación Prensa y Democracia, quien participó en la presentación del seminario, señaló que, además del Estado, los reporteros necesitan protección y apoyo más decidido de los directivos de los propios medios de comunicación.

Algunas buenas prácticas pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte de un periodista ejerciendo su profesión.

Agregó que, más que ganarle la nota al de al lado, hay que privilegiar la función que tiene un periodista, que es llevar la información a la sociedad.