De momento, el arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, no será llamado a comparecer ante el Ministerio Público Federal por sus afirmaciones de que el capo Joaquín El Chapo Guzmán vive en esa entidad –más adelante del municipio de Guanaceví–, dijo el director de comunicación social de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo Nájera.

Entrevistado brevemente, señaló: toda persona que tenga datos para ubicar un delincuente o conocimiento de un hecho delictivo, debe denunciarlo ante las autoridades, pero en este caso el prelado habló en términos genéricos, por lo cual no se le citará en estos momentos a declarar.

Nájera indicó que los ciudadanos pueden utilizar la denuncia anónima para aportar datos que lleven a la captura de personajes como El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa y uno de los delincuentes más buscados.

A su vez, el gobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, pidió al arzobispo que si tiene información sobre la presencia de El Chapo en la entidad, se ponga a disposición de la PGR y ésta garantice su seguridad.

En un comunicado de cuatro párrafos, el gobierno estatal dice avalar la lucha contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón y compartir –junto con la sociedad– la preocupación del prelado, pero no menciona al narcotraficante prófugo.

En la propia capital duranguense, además, no circularon los periódicos nacionales con las declaraciones de González Martínez que causaron revuelo y fueron retomadas por medios de todo el mundo. Los expendedores consultados dijeron ignorar el motivo.

El arzobispo tampoco acudió a la marcha por la paz convocada con antelación para la tarde de ayer; aunque según el párroco Martín Gómez Rodríguez, hace una semana estaba confirmado que el acto transcurriría sin la presencia de González Martínez.

También opinó José de Jesús Aguilar Valdés, encargado de la subdirección de radio y televisión del arzobispado de México, en el Distrito Federal: cada obispo es libre y responsable de sus declaraciones.

Agregó: lo dicho podría interpretarse en el sentido de que hay muchas ocasiones en que la gente y hasta los periodistas tienen más información que la autoridad, pero a quien toca aclararlo es a González Martínez.