Muestran judas de la artista en Coyoacán
Su lenguaje estético cautivó a Diego Rivera y Henry Moore, indica Enriqueta Landgrave
Martes 7 de abril de 2009, p. 4
Desde hace tres siglos se cultiva la cartonería en el país, pues llegó en la época colonial para arraigarse en nuestras tradiciones. De los objetos, juguetes, calaveras y alebrijes de cartón, los judas son los más representativos de ese arte popular.
Carmen Caballero Sevilla es una artesana poco conocida por su trabajo creativo en la elaboración de judas, no obstante que realizó todas las figuras que se encuentran en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.
El Museo Nacional de Culturas Populares alberga la exposición Carmen Caballero: fabricante de judas para promover la cartonería mexicana y valorar desde una perspectiva estética y cultural a una artesana cuyo trabajo fue reconocido por Diego Rivera y el escultor inglés Henry Moore.
La producción de judas es una forma de expresión que desde el virreinato se integró a las festividades de Semana Santa, donde a menudo también adquiere un significativo matiz de crítica política.
La exposición homenaje a la invención creativa de Carmen Caballero, en la que conviven valores estéticos del arte moderno, fue impulsada por la cartonera Enriqueta Landgrave, quien realizó durante 15 años una exhaustiva investigación.
Para Landgrave, la importancia del trabajo de Caballero radica en que fue transmisora de una herencia cultural centenaria; plasmó esa capacidad maravillosa que tiene el pueblo mexicano de percibir su realidad.
“Gracias a Carmen, grandes artistas como Rivera y Tamayo reconocieron la inmensa riqueza que tiene el arte popular, porque era el más sencillo. Dar el lugar a ella es dárselo al trabajo artesanal, especialmente a la cartonería.
Carmen enriqueció el acervo cultural y no es posible que en vida no se haya otorgado reconocimiento a su arte
, dice Landgrave.
Quehacer único
Originaria de Celaya, Guanajuato, Carmen Caballero Sevilla fue hija de un teniente coronel de la Revolución Mexicana que murió cuando ella tenía cinco años. Ayudaba a su madre a vender fruta hasta que, a los 18 años, Gregorio Piedrasanta la inició en la cartonería, una de las expresiones artesanales características de esa región.
Enriqueta Landgrave, quien estudió en la escuela de diseño de artesanía en La Esmeralda y en San Carlos, considera que el quehacer artesanal que hizo Caballero es único.
Me llamó la atención el manejo del material y esa forma artística de los judas, así que decidí investigar cómo una persona, desde hace muchos años, había logrado esa simpleza de la forma y cómo había llegado a esas con-clusiones estéticas, a ese manejo de la estructura, del color y la decoración.
La muestra –que incluye fotografías y documentos– ofrece un enigmático y colorido ejemplo del arte popular producto de la libertad creativa de Carmen Caballero, quien dejó una de las colecciones más grandes de cartonería popular de su tiempo.
Mujer de contrastes, Caballero Sevilla tradujo sus pesares en judas de alegría; fue en Semana Santa cuando, al visitar el mercado Abelardo Rodríguez, Diego Rivera descubrió sus judas y la invitó a trabajar en su estudio de San Ángel.
En el estudio de Diego, Caballero imaginó, creó y desarrolló sus judas y calaveras a partir de la muerte familiar, la que se transforma en figura de cartón articulado esperando la vida humana para ser accionada.
La artesana hizo para Diego a la Muerte, charros, parejas de novios, obreros de overol, el inolvidable Cantinflas y cabezas de chivos con barbas de ixtle.
Los judas fueron retratados por Rivera en cuadros como El estudio del pintor (colección SHCP) o en el retrato El niño Efrén José Antonio del Pozo a los 12 años (1955), en el que una calavera sonríe con picardía viendo al niño, y los judas aparecen recargados en su vitrina del estudio, como siempre los tuvo el artista.
En un testimonio recopilado y publicado por la crítica de arte Raquel Tibol, Rivera señala: “Cualquiera que observe esas cosas de doña Carmen tiene que constatar que lo realmente asombroso –aparte del sentimiento que provocan la sensibilidad del color y de la forma– es que, tratando un mismo tema: un esqueleto, la muerte ésa, cada ejemplar es absolutamente diferente y la diferencia no es rebuscada, es una diferencia vital. En eso el talento de doña Carmen está en la línea del genio de Picasso, quien ha pintado docenas de guitarras y compoteras y violines y cada uno de ellos tiene una expresión, una forma y contenido muy diferentes.”
La exposición incluye 126 imágenes de Nacho López (1923-1986) de la artesana, junto a las cabezas gigantescas de los judas, y también se aprecia cómo Caballero juega y da vida por medio del cartón, engrudo y papel a sus compañeros de escena.
Esas fotografías son un testimonio valioso sobre la artista en 1955, 1963 y 1968.
Carmen Caballero: fabricante de judas concluirá el 17 de mayo en el recinto de Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Coyoacán.