Con un huevo y un jitomate estrellados en la puerta de la casa del ex presidente Luis Echeverría, integrantes del Comité 68 y la organización HIJOS rechazaron la resolución del tribunal colegiado que lo exoneró de su responsabilidad en el genocidio de 1968.

Raul Álvarez Garín resaltó que el ex mandatario sigue preso y que la resolución del quinto tribunal colegiado contiene las palabras para efectos, que significan que el juez a quien se regresará el caso todavía puede cambiar el sentido de la sentencia. Por ello, insistió, aunque sea un penal de baja seguridad (su domicilio particular), el ex mandatario aún está privado de su libertad.

No obstante, llamó la atención sobre la ausencia de la Agencia Federal de Investigación en la casa de San Jerónimo. A ese organismo le corresponde garantizar el cumplimiento del mandato judicial y no están aquí, subrayó.

Poco después de las 9 horas, integrantes de organizaciones civiles llegaron a la casa de Echeverría. De inmediato sellaron la entrada con cinta roja y colocaron al frente una malla metálica con fotografías de participantes en el movimiento estudiantil de 1968.

De la pared colgaron letreros con la leyenda casa del genocida y en el piso escribieron: aquí vive un genocida, con una flecha que señalaba la residencia. La protesta estuvo acompañada por Lucía Morett, y además de Álvarez Garín asistieron Ana Ignacia Rodríguez, David Roura y Humberto Campos, ex integrantes del Consejo Nacional de Huelga.