El pintor y grabador Adolfo Mexiac no sólo ha sido un hombre coherente con sus ideales. También se ha distinguido en sus poco más de 60 años de trayectoria como artista comprometido en lo social y la innovación estética.

Tal es, en resumen, la imagen que el investigador Alberto Híjar y la historiadora de arte Silvia Fernández se encargaron de delinear sobre el creador michoacano (Cuto de la Esperanza, 1927) durante la presentación del libro Adolfo Mexiac. La impronta de los años, editado por la delegación Coyoacán.

En el acto, efectuado la noche del viernes en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, Silvia Fernández ubicó a Mexiac como uno de los últimos ejemplos en México de un artista integral.

Su obra da muestra de lo que es un artista a cabalidad, al abordar la acuarela, la pintura, el óleo, el muralismo y el grabado, indicó la también académica universitaria.

“En la Escuela Nacional de Artes Plásticas (de la Universidad Nacional Autónoma de México), por ejemplo, los estudiantes ya no saben dibujar, ahora todo es computadora, Photoshop, performance, happening. Mucho de la posmodernidad o el arte vanguardia deja bastante que desear, porque el arte, cierto, pide eficacia, pero también dominio técnico.”

Por otra parte, entre los aspectos abordados por Híjar durante su intervención, destacó el concerniente al compromiso y la solidaridad que Mexiac ha mantenido a lo largo de sus casi 82 años de vida con diversas causas sociales, sin importar el riesgo que ha implicado. En particular, resaltó su apoyo al movimiento estudiantil del 68, aunque también mencionó el manifestado a luchas obreras y campesinas.

Pocos hombres y creadores como él han sido solidarios con los perseguidos, los proscritos, los malditos, sostuvo. No ha regateado solidaridad con quienes hemos estado en esa condición.

Los presentadores del volumen destacaron la solidaridad que el grabador ha mantenido con diversas causas socialesFoto María Luisa Severiano

De igual forma, el también periodista y docente subrayó la reivindicación que el artista michoacano ha hecho a lo largo de su vida, cada que puede, de la forma taller: Mexiac no es el artista del estudio, del caballete, de la antesala en los despachos de los hampones de la cultura en el Estado corrupto, sino que esta forma taller le ha permitido la cercanía, trabajar a la par con otros, escuchar sugerencias, aportar soluciones, sacar jugo a eso que José Revueltas llamaba democracia cognoscitiva.

También participante en la presentación del citado volumen, el delegado en Coyoacán, Heberto Castillo Juárez, recordó cómo el grabado de Adolfo Mexiac Libertad de expresión se erigió en icono no sólo en México durante el movimiento estudiantil de 1968, sino que ha recorrido el mundo, como síntesis de un sinfín de movilizaciones políticas y sociales.

Aclaró que el libro Adolfo Mexiac. La impronta de los años es resultado de una exposición realizada en 2007 por esa delegación y el Salón de la Plástica Mexicana, y un homenaje al autor por sus más de ocho décadas de vida y 60 años en el mundo plástico.

Es una obra con la que se propone resumir el quehacer y el pensamiento del creador, y dar cuenta de parte significativa del devenir del país, porque la verdadera historia del ser humano la escriben los artistas, resaltó el funcionario.

En cuanto al contenido del volumen, mencionó que éste fue compilado por Patricia Salas; en él se reúnen obras poco conocidas e incluso inéditas, además de ensayos de Ignacio Salazar, Leticia López Orozco y Helga Prignitz-Poda, entre otros.

Un aspecto destacado por Heberto Castillo fue que existe una versión electrónica del libro abierta para su consulta pública y libre en la página web de la delegación Coyoacán.