Haber ayudado a Vlady (1920-2005) en la realización de los murales de la Biblioteca Lerdo de Tejada (1980-1981) sembró en José Luis Bustamante (México, DF, 1955) el interés por la investigación de las técnicas pictóricas.

Voces del tiempo, exposición de Bustamante que se exhibe en la galería Óscar Román (Julio Verne 14, colonia Polanco), da cuenta de la búsqueda técnica del pintor. Vlady decía que la figura era una imagen, un bulto; entonces, podría tener forma de silla, caballo, humano, o sea, la forma es la forma. El simbolismo lo da quien pinta. Me importaron mucho las técnicas, de gran relevancia para la realización de una pintura, y su permanencia a través del tiempo, algo que preocupaba mucho a Vlady.

Bustamante estudió pintura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (1970-1974). Al faltar un año para terminar la carrera, salió y montó un taller con un compañero salvadoreño, mediante el cual se vinculó con Vlady.

Aunque se haya iniciado como pintor abstracto, José Luis Bustamante reconoce que la misma pintura me fue llevando, ya que mis propósitos eran entender ciertos factores. Después, entré a una figuración medio surrealista, tendencia de moda en los años 70; luego me fui hacia el grafiti. En 1985 volví a la abstracción de manera más matérica, con base en signos y símbolos.

Voces del tiempo comprende obra de cuatro series: Escrituras del sol, Barcelona, Ancestral y Retablos contemporáneos. La invitación de la muestra incluye un texto de la crítica de arte Raquel Tibol, que dice: En el orden sensible programado por José Luis Bustamante cuentan los elementos metálicos, usados a veces con regularidades geométricas o como energías lumínicas, pero no de manera excluyente por los negros, los rojos, los azules, los blancos, los amarillos, los verdes, los grises y los castaños; en tonos cambiantes, fraguan atmósferas unificadoras o heterogéneas, estáticas o rítmicas, flotantes o condensadas.

Agrega que en las series mencionadas el artista ha sabido establecer sus propias convenciones, sus categorías, con la destreza y la habilidad que da un largo desplazamiento hacia la madurez.

La exposición fue posible gracias a la prestigiada beca Pollock-Krasner, destinada al arte abstracto, que Bustamante recibió en el periodo 2006-2007. Voces del tiempo comenzó su recorrido hace dos años en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, en Zacatecas. Después viajó a Guadalajara, Veracruz y Morelia.

Hoy día, cuando se impone el arte conceptual y la instalación, no es fácil ser pintor abstracto. El entrevistado expresa: Es un poco más difícil que cualquier otro estilo. En este caso me he basado mucho en una pintura muy simbólica; he tratado de hacerlo lo más claro posible dentro de mi temática. Siempre hay un fundamento importante de investigación acerca del espacio, de la forma o cerca del simbolismo. Y trato de que el mensaje sí llegue a la gente. Creo que es una pintura de buena factura.

–Además de investigar la técnica, ¿usted aborda la historia y la literatura?

–Sí. Desde que entré a la abstracción siempre me he inclinado hacia la investigación, inclusive arqueológica. Hay muchos elementos prehispánicos en mi pintura. Trato de representar la tierra, el fuego; en fin, cosas muy simbólicas. Mediante la materia meto esos elementos, signos, quizá muchas veces inventados. No es que sea una escritura conocida por el humano; es como un lenguaje propio, visto, inclusive, en muros, o lo invento en el momento, ya que la pintura abstracta es algo muy lírico.

En octubre próximo Bustamante presentará un proyecto en el Museo de Antropología, en Jalapa, Veracruz, que surge de un estudio sobre el caracol púrpura.