México D.F. Sábado 13 de noviembre de 2004
Todo el aparato estatal en favor del tricolor:
opositores
Encuestas "perfilan" al PRI como el triunfador
FABIOLA MARTINEZ Y MARTIN SANCHEZ ENVIADA Y CORRESPONSAL
Ciudad Victoria, Tamps., 12 de noviembre. Con escasos
siete años de experiencia política, el empresario Eugenio
Hernández Flores se perfila como el próximo gobernador de
Tamaulipas, entidad históricamente en poder del Partido Revolucionario
Institucional (PRI).
La proyección anterior se desprende no sólo
de los resultados de una decena de encuestas elaboradas, en su mayoría,
por empresas afines al tricolor, que le otorgan hasta 69 por ciento
de las preferencias, sino por el "voto duro" que persiste en las estructuras
políticas y económicas de la región.
Hernández
Flores es señalado por sus opositores como el delfín
del gobernador Tomás Yarrington, pero sobre todo como una muestra
viviente del "clásico dedazo priísta". Y es que en
el haber político de este ingeniero civil, egresado del Tec
de Monterrey, sólo se encuentran dos cargos de representación
popular: una diputación federal y la presidencia municipal de la
capital tamaulipeca.
El abanderado priísta es integrante de una familia
que forjó patrimonio a partir de los cargos en la función
pública local (su padre fue director de Turismo en el gobierno de
Enrique Cárdenas, tío del actual candidato del PAN a la gubernatura);
sin embargo, Hernández Flores afirma que la única herencia
que recibió fue "una buena educación. Podré parecer
junior, pero en realidad no lo soy. Empecé de cero y todo lo he
hecho por mí mismo", dice quien en 1997 enfrentó un embargo
de 18 millones de pesos a cargo de las casas de bolsa de Banorte y Banpaís.
Ahora, su empresa constructora Golfo Laguna goza de cabal salud financiera.
En una entidad mancillada por los ajustes de cuentas
y crímenes vinculados al narcotráfico, el candidato se presenta
en los mítines y ante los medios de comunicación con un pequeño
libro verde, en el que está redactado su plan de gobierno.
Hernández Flores anuncia que creará una
"supersecretaría" de Seguridad Pública, a partir de la cual
exigirá a la Federación facultades para combatir la venta
de drogas al menudeo. Advierte que aplicará una "depuración"
en las policías estatal y municipales. "Estamos conscientes que
muchas corporaciones de los tres órganos de gobierno han sido compradas
(por la delincuencia organizada)".
Además, pretende modernizar la policía municipal,
donde se concentra el mayor número de agentes, pero donde se dan
los peores salarios, caldo de cultivo para los sobornos.
Asegura que su candidatura la obtuvo "a pulso, porque
hice muy buena chamba como presidente municipal. Si bien soy amigo
del gobernador, quien me invitó a participar en la política
hace poco más de seis años, soy parte de una nueva clase
política que Yarrington Ruvalcaba tuvo la idea de crear aquí",
dice.
Agrega: "Mi carácter me ha ayudado, pues no soy
gente de pleito". En efecto, la estrategia que le ha delineado su grupo
de asesores es mantenerse a la zaga de la confrontación; no respondió
siquiera cuando su adversario, el abanderado panista, exhibió en
televisión una averiguación previa en la que consta que,
en algún momento, le fue girada una orden de aprehensión
como presunto responsable del delito de despojo. "Nosotros le sabemos más
cosas a Gustavo (Cárdenas), pero ese expediente negro no lo vamos
a sacar", señala.
Confía en que ganará, "si no todas, la mayoría
de las (43) alcaldías, las (19) diputaciones locales (de mayoría)
y la gubernatura".
Con todo el aparato estatal en su favor, el candidato
da por concluida su campaña con mítines multitudinarios,
siempre apoyado por un amplio equipo de asesores; ahí se encuentran
lo mismo colaboradores jóvenes, como su secretario particular, Manuel
Muñoz Cano -hijo del desaparecido diputado federal Manuel Muñoz
Rocha-, que personajes como el ex dirigente de la Confederación
Nacional Campesina, Hugo Andrés Araujo, y un grupo de operadores
locales del PRI.
Todos han podido congregar a las bases del tricolor
y, especialmente, al sector femenino, que apoya sus propuestas.
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