México D.F. Jueves 5 de agosto de 2004
Faltan programas para su atención integral, advierte el ombudsman, Alvarez Icaza
Marginados de sus derechos, la mayoría de los ancianos en la ciudad: CDHDF
Sólo uno por ciento de los adultos mayores tienen autosuficiencia económica, afirma
SUSANA GONZALEZ G.
En el Distrito Federal faltan programas que atiendan de manera integral la problemática de las personas de la tercera edad y que se apeguen a los lineamientos establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ya que la mayoría de los ancianos sufren desempleo y marginación.
Así lo advirtió Emilio Alvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), en un discurso que tuvo que ser leído por la secretaria técnica del organismo, Rocío Culebro, en la inauguración de la quinta Jornada por los Derechos de los Adultos Mayores, debido a que por los bloqueos de trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social el ombudsman y el jefe delegacional de Tlalpan, Eliseo Morales, se quedaron atorados en el tránsito y no llegaron al acto.
La población senecta de la capital -aquella que supera los 70 años- asciende a 800 mil personas, mientras que únicamente 23 por ciento de los mayores de 60 años cuentan con un trabajo remunerado, otro 21 por ciento vive de lo que le dan sus familiares y sólo uno por ciento costea sus gastos con sus propios ahorros, de acuerdo con el análisis enviado por Alvarez Icaza.
Si bien el presidente de la CDHDF reconoció los esfuerzos que organismos públicos y privados han hecho para atender a las personas de la tercera edad, tales como los apoyos alimenterarios, becas, asistencia médica y campañas de empleo y capacitación, consideró que "aún estamos lejos de responder integralmente a la plena inclusión de las personas mayores en la vida social y económica, el aprovechamiento de sus capacidades y experiencias y la defensa de sus derechos ante cualquier tipo de discriminación".
Los ancianos, señaló, sufren graves dificultades económicas, limitaciones en el acceso a los servicios de salud, ausencia de servicios sociales, carencias de vivienda, exclusión de educación y empleo, así como trato inadecuado y escasa participación en la vida social y política del país y la capital.
Los derechos humanos fundamentales "no disminuyen con la edad", sentenció Alvarez Icaza, pero los ancianos se enfrentan a esa problemática y por ello se requieren programas más eficientes, que permitan construir alternativas viables a mediano y largo plazos.
Expuso que al incrementarse la expectativa de vida, el envejecimiento de la población se incrementa paulatinamente, pues mientras en el año 2000 había 6.8 millones de ancianos en el país, se calcula que para 2010 habrá 9.8 millones de ciudadanos mayores de 60 años, "lo que significa un crecimiento de entre 6.2 y 8.8 por ciento respecto de la población nacional".
Los ancianos, concluyó, no sólo tienen derecho a satisfacer sus necesidades físicas y emocionales básicas, sino también deben tener garantizadas las condiciones para su desarrollo personal y acceso al empleo, el conocimiento, la recreación y el descanso digno.
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