ASTILLERO

Julio Hernández López

Chirimoyas

Autobús y granaderos: ayudas para legislar
La Corte, Chacho y el negocio turístico
Más vergüenzas en el PRD

LA POLITICA SE desbarranca y se convierte en forcejeo policiaco y judicial. Los senadores viajando en calabaza motorizada que granaderos transformaron a golpe de tolete en carroza legislativa que al fin los hizo llegar al salón de trabajo del que luego temerían salir si aprobaban las reformas crispantes (temblor indignado en la voz profunda del multimillonario jefe Diego dolido con la "turbamulta que apedrea y mienta la madre" nomás porque le cambian negativamente su sistema de pensiones y jubilaciones). Periodo extraordinario de sesiones de unas horas que arrancaría en Xicoténcatl entre el estallido de inconformidad de empleados del Seguro Social, pero no sólo de ellos, sino también de otros trabajadores sindicalizados que le anuncian al Gran Vicente un amplio paro nacional el primero de septiembre, cuando ya bastante sufrimiento tendrá el esposo de su esposa para encontrar algo medianamente atractivo que le permita hilvanar un cuarto Informe de Ƒgobierno? que hará parecer eterno el trecho que aún falta para el sexto y último. Irritación extrema de los condenados a perder prestaciones laborales, que se suma a las muchas otras causas de inconformidad que se pasean por la pradera seca en espera de una chispa a la que la estación de bomberos de Los Pinos seguramente correría a rociar con la gasolina de la ineptitud, la insensibilidad y la frivolidad (Los Pinos cada vez más aislado, con una señora Marta que trata de encontrar la manera de reinstalarse en la carpa sucesoria, con los restos del Grupo Guanajuato, es decir, con Sojo y Muñoz, confrontándose a falta de mejores adversarios palaciegos, y con un Presidente abatido, que ahora ya advierte de los graves riesgos que corre el país ante el "magro margen" de operación que le da el presupuesto gubernamental actual).

"šOH, QUE LA chirimoya!", habría dicho en la ciudad de Chihuahua el poeta botánico que al país gobierna cuando alguien le pidió un autógrafo en una hoja que por su otro lado era una recolección de firmas contra el desafuero del Andrés Manuel que tantas ronchas le sigue sacando, aun a la distancia geográfica, al Presidente de México que prefirió zafarse de la trampa en forma de firma mediante el muy elegante recurso de hacer con una mano la seña de cuernos. Pero hay más chirimoyazos chavochescos por doquier: la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordena que se libere a Juan Ignacio García Zalvidea y que sea repuesto en la presidencia de Benito Juárez, el municipio en que está Cancún. Duro golpe al grupo empresarial de Joaquín Hendricks, el gobernador de Quintana Roo que había llevado a extremos violentos el pleito contra el alcalde que encabeza a los competidores del mandatario estatal en el negocio a trasmano de la especulación inmobiliaria y el desarrollo hotelero. García Zalvidea, que volverá por la puerta de honor a la comedia de enredos que hoy es la política: el tal Chacho reinstalado en el manejo de cuentas municipales alegres, fortalecido en su obsesión con cargo al erario por la silla suroriental de gobierno, mientras el gobernador-competidor se alista para las venganzas y las persecuciones venideras (el Chueco Mario Villanueva algo sabe de eso).

CHIRIMOYAZOS EN EL PRD, donde ayer desahogaron en la persona de un diputado federal, Emilio Serrano, sus necesidades de parecer estrictos y congruentes: expulsión del partido al legislador que votó a favor de las reformas del Seguro Social, mientras en el resto del país la vergüenza es diaria, constante, imparable. Cinismo extremo en Tlaxcala, donde Ponchito anuncia que la candidatura de Maricarmen está fuera de discusión; amoroso anuncio hecho desde la casa de gobierno que su esposa había dejado teatralmente para aparentar que no se le beneficiaba desde allí. Falsas epopeyas democráticas en Oaxaca, donde el secretario general del sol azteca, Carlos Navarrete (siempre entusiasta mientras sus motores hayan sido cargados con suficiente combustible), desquita los honorarios emprendiendo apasionada defensa de un Gabino que como es sabido no es sino la cara circunstancial de Diódoro Carrasco y Elba Esther Gordillo; todo sea por la democracia financiada. Oaxaca avanzando en el torbellino de la violencia política, no sólo por sus antecedentes inmediatos (el autoatentado del 18 de marzo y el enfrentamiento de Huautla), sino por el augural endurecimiento de las fuerzas estatales contra los gabinistas, que ayer fueron dispersados en Juchitán mediante gases lacrimógenos.

Y EN LA CAPITAL del país también hay chirimoya azteca. Alvaro Arceo, que fue subprocurador capitalino de Justicia, y luego candidato del PRD al gobierno de Campeche, aparece como defensor jurídico de Andrés Manuel López Obrador, con un gran expediente armado, a pesar de que éste había coyoteado con la especie de que no atendería los aspectos legales, sino los políticos, en la solicitud de desafuero en su contra. Mientras tanto, la corriente de René Bejarano y Dolores Padierna organiza la cadena humana que este domingo se extenderá por la avenida de los Insurgentes para demostrar apoyo al tabasqueño perredista presidenciable. Otro prócer del negocio llamado izquierda, Agustín Guerrero, advertía ayer, en tanto, que si la derecha quiere desaforar al jefe de Gobierno, le costará "sangre".

CHIRIMOYAS Y PASTELAZOS, con Marcelo Ebrard que juega al Rudolph Giuliani nativo al arremeter contra franeleros y limpiadores de parabrisas para hacer como que algo de verdad se hace en pos de mayor seguridad pública; oportunismo escenográfico de un gobierno que se vanagloria de tener una visión social distinta a la derecha simplemente represora. Y Germán Martínez, el diputado blanquiazul que ha llamado hampón y asesino a Jorge Hank Rhon como si los panistas que han gobernado largamente Baja California y Tijuana no hubiesen mantenido complicidad criminal con otro segmento delictivo distinto del hankista. Y el escándalo de hipocresía que llevó a la expulsión del español rey del cine porno... Y, bueno, para qué seguir: mejor será llegar a las únicas palabras sensatas de esta columna: šhasta mañana!

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