México D.F. Martes 3 de agosto de 2004
El feminismo y el machismo afectan las sociedades pues fomentan la competencia
La participación de la mujer en la política debe ser de complementariedad: católicos
ANGELICA ENCISO L.
La Iglesia católica hizo un llamado a que en política la participación de las mujeres se dé en complementariedad, no en antagonismo. "La mujer tiene derecho a participar en la vida pública, en la social y en la legislativa". En la presentación de la carta a los obispos sobre la colaboración de la mujer y el hombre presentada el sábado por el papa Juan Pablo II, se resaltó que el feminismo y el machismo han afectado a las sociedades, ya que promueven la competencia.
En conferencia de prensa el obispo de Matehuala, Rodrigo Aguilar Martínez, hizo un llamado a legislar sobre el equilibrio entre los sexos, además de que llamó a gobernantes y a políticos a dar más importancia al papel de las mujeres.
El prelado expresó la preocupación de su Iglesia por la existencia de corrientes que destacan el género, en lugar de referirse a la existencia de la mujer y el hombre. La primera corriente, dijo, considera la subordinación de la mujer a fin de "suscitar un papel de contestación", y la segunda se refiere al feminismo, que tiende a cancelar las diferencias.
Inventarse a sí mismas
La última corriente ha sido la responsable de promover la existencia de cinco o seis géneros, entre ellos, la homosexualidad y la bisexualidad: "según esa corriente, la persona puede inventarse a sí misma, según sus inclinaciones". Estas dos tendencias, indicó, "afectan mucho a la sociedad. La mujer se convierte en antagonista del varón, se da una competencia, no una colaboración".
Agregó que la tendencia al antagonismo aparece en todos los sectores, incluida la política, "se trata de tendencias que no buscan armonía y no hay entendimiento, sino egoísmo". Consideró que esas circunstancias han sido causales para la desintegración familiar y la existencia de un alto número de divorcios.
Por su parte, el prelado Saúl Ragoytia, integrante de la secretaría ejecutiva de Pastoral Familiar, dijo que el machismo y el feminismo son extremos que no llevan al equilibrio y secuestran la dignidad del ser humano. Advirtió que hay muchos peligros por la pérdida de la identidad, por lo que se debe rescatar a la mujer y al hombre de esas tendencias que han secuestrado al ser humano.
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