México D.F. Jueves 24 de junio de 2004
Presentaron libro-homenaje a la artista en la
Galería Metropolitana
Agueda Lozano pide la reubicación de la escultura
que donó a la ciudad
Carlos Montemayor leyó varias cuartillas del
volumen que prepara sobre la creadora
MERRY MAC MASTERS
La
artista Agueda Lozano desea que su escultura Hacia el tiempo, donada
a la ciudad de México en 1997, pero desmontada a raíz de
los trabajos para mejorar la vialidad en la glorieta de San Jerónimo
y Periférico, sea reubicada en el jardín de Rodin, a un costado
de Paseo de la Reforma, donde por un tiempo estuvo la Diana Cazadora,
informó su abogado Daniel del Río.
Durante la presentación anteayer del libro Agueda
Lozano. Un homenaje en la Galería Metropolitana de la Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM), donde se exhibe una exposición
pictórica de su autoría, la creadora nacida en Cuauhtémoc,
Chihuahua, y radicada en París desde hace 30 años, manifestó
que ''ya ha habido contacto con las autoridades del gobierno de la ciudad,
tanto de mi parte como del abogado que me representa en México,
y está en perspectiva una respuesta.
''Queremos que haya una relocalización de la escultura
-expresó Del Río-, porque las obras del segundo piso del
Periférico ya no permiten que esté allí."
Y como la escultura fue removida del pedestal, ''ahorita
luchamos para que se le encuentre un lugar digno para poder colocarla.
Estamos abiertos a que nos hagan una propuesta, sin embargo a Agueda Lozano
le encantaría tener su escultura en el jardín de Rodin".
Lectura de Montemayor
El volumen que se presentó incluye un texto de
Carlos Montemayor, escritor que deleitó a la concurrencia con la
lectura de varias páginas de un libro que prepara sobre su coterránea,
el cual prometió tener listo para la inauguración de otra
escultura de Lozano en la Plaza de México, en París, acto
en un principio programado entre septiembre y octubre de 2004. También
ofreció entregar el manuscrito a la UAM, por medio de Luis Ignacio
Sáinz, coordinador de Difusión Cultural.
El nuevo libro surgió de una estancia de Montemayor
en la ciudad luz en 2000, y combina el relato de esa convivencia con Lozano
y su familia, con una larga entrevista hecha entonces, de la cual trascendió
que en México la artista nunca tuvo ''un acercamiento fácil
con galerías ni con autoridades de la cultura".
Es cierto que en 1976 tuvo una exposición individual
en el Museo de Arte Moderno y en 1984 en una de las salas del primer piso
del Palacio de Bellas Artes. A mediados de los años 90, sin embargo
el titular en turno le exigió concursar para volver a presentarse
en los espacios del Instituto Nacional de Bellas Artes.
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