México D.F. Lunes 21 de junio de 2004
Conmemoran el centenario del nacimiento del integrante de los Contemporáneos
Novo combatió desde la poesía el cerco homofóbico de una época: Monsiváis
La celebración, en el Museo del Chopo en el contexto de la Semana Cultural Lésbico-Gay
A cien años de su nacimiento y a 30 de su muerte, "con el conocimiento de sus errores y caídas y de su talento excepcional Salvador Novo es un punto de partida y una gran certidumbre: no obstante gravísimas consecuencias, mortales muchas de ellas, la homofobia no lo ha sido todo", afirmó Carlos Monsiváis en el contexto de la 17 Semana Cultural Lésbico-Gay, en la cual se rindió un homenaje a ese integrante de los Contemporáneos.
En el Museo Universitario del Chopo, el sábado pasado, Heberto Silva, Alejandro Esquivel y Raymundo Elizondo leyeron sonetos satíricos que Novo escribió entre 1920 y 1930 y de los cuales Carlos Monsiváis -quien no pudo asistir, pero envió un texto que leyó, Juan Carlos Autista, coordinador general de la Semana Cultural Lésbico-Gay- resaltó "su condición de poesía, su musicalidad magnífica, su maestría técnica, su juego de paradojas y trampas para el lector desprevenido".
Nacido en Torreón, Novo llegó a los 13 años a la ciudad de México y muy pronto publicó sus primeros escritos, dotados, de acuerdo con Monsiváis, de un magnífico manejo del idioma, una brillante inteligencia y un gusto autobiográfico provisto de suma ironía; todo bajo una elección sexual que se traduce en "su exhibición afrentosa de fragilidad, dandismo, femineidad de cejas depiladas", que lo hizo blanco de numerosos ataques.
Ante las acusaciones, sin relación alguna con la calidad de sus escritos, el autor respondió con sonetos a los que "la fe en el ingenio de Novo los vuelve literatura clandestina indispensable", añadió el autor de Amor perdido.
A Diego Rivera, quien lo menospreció en sus murales, le dedica la serie La Diegada, en 1926: "Nombraron Director de la Academia/ a quien cambió una madre por dos suegros/ a quien con sus pinceles pelinegros/ la pintura mural hizo epidemia/. Así, "los sonetos satíricos de Novo son la expresión más brillante y rijosa de una sensibilidad y una inteligencia", señaló Monsiváis.
En el homenaje de la "parte lectora de la comunidad gay" a Salvador Novo, "las provocaciones de un gay mexicano de la primera mitad del siglo XX no deben medirse en función de lo hoy conocido, sino de lo que en ese momento se ingnora", agregó.
A un público numeroso de jóvenes y adultos, el autor de Salvador Novo. Lo marginal en el centro recordó que "la homosexualidad de ese tiempo es el amor al que no le dejan decir su nombre"; sin embargo, resaltó, a más de medio siglo, los ataques contra el escritor se han perdido "entre las brumas de media decena de bibliotecas; (pero) la respuesta del poeta y la elevación de la diatriba a la condición artística permanecen".
Monsiváis describió a un Salvador Novo al tanto de las limitaciones externas de sus sonetos, que "no serían aceptados por una editorial de prestigio, o por una publicación respetable, no contribuirían a su fama salvo en el sentido del escándalo; no le permitirían el intento de engañar a la sociedad", pero se constituyeron en "la salida del clóset más provocadora de que disponía hasta el momento la literatura de habla hispana".
Desde la poesía Novo combatió el "cerco homofóbico de una época (...) las agresiones verbales, las parodias y las injurias de la sociedad entera", por eso, finalizó Monsiváis, es importante recordar "la aplicación del talento al choteo de las creencias, (...) la actitud de neutralizar o descalificar el insulto porque viene del prejuicio".
Por su parte, Juan Carlos Autista dijo que hace algunos años se quitó a Novo "esa leyenda heterodoxa", para resaltar la calidad de sus escritos.
A los sonetos del autor de XX poemas, Nuevo Amor y Nueva grandeza mexicana, entre otros, ya se les puede leer como poemas, sin la sombra de combate verbal y atrevimiento descarado que antes perduraba, sostuvo Autista. JORGE RICARDO
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