Provoca más estragos

Aumentan casos de osteoporosis en hombres

CAROLINA GOMEZ MENA

Durante las pasadas dos décadas, las investigaciones sobre la osteoporosis se han centrado en la mujer, pero esta enfermedad empieza a causar estragos entre los hombres, sobre todo fracturas en la cadera -considerada una de las consecuencias más graves del mal-, al punto de que aunque ahora sólo "una de cada tres fracturas" ocurre en este sector, dentro de 21 años habrá "800 mil" fracturas de cadera en varones, lo que representa un aumento de "89 por ciento".

Pese a que hay factores comunes que inciden en la pérdida de masa ósea tanto en mujeres como en hombres, tales como tabaquismo, alcoholismo y sedentarismo, y los descensos hormonales determinados por la menopausia y la andropausia, los huesos de los varones se mantienen bien, y con cambios muy leves hasta casi los 65 años de edad. Sin embargo, pasada esa edad, y sobre todo después de los 70 años, la pérdida ósea es mayor entre los hombres.

Además se ha constatado, advirtió el doctor Pedro Arzac Palumbo, miembro de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, que aproximadamente "68 por ciento" de los varones que sufren las lesiones de cadera "nunca recuperan su autonomía ni movilidad previas, además de que la mortalidad mediata e inmediata posterior a la fractura es mayor en hombres que en mujeres".

También se sabe que alrededor de 50 por ciento de todos los casos de osteoporosis en los hombres están relacionados con el hipogonadismo, estado que afecta a alrededor de 30 por ciento de los que superan los 55 años, y que consiste en un descenso de la testosterona a partir de los 40 años; sus síntomas son disminución de la masa muscular, de la densidad mineral ósea, del apetito y la libido, e incremento de la fatiga e irritabilidad.

Estudios han revelado que no sólo el factor hormonal incide en la pérdida, sino también la tendencia a ingerir poco calcio. Y es que mientras la cantidad de calcio necesaria en un hombre joven oscila entre 400 y 600 miligramos por día, en la edad adulta se requieren dosis mayores a 800 miligramos; pero entre los hombres de la tercera edad menos de la mitad no ingiere más de 50 por ciento del requerimiento diario.