México D.F. Viernes 23 de abril de 2004
''No hay pena que resarza el dolor''
Juan Pablo Letelier tenía 15 años cuando su padre murió en un auto, destrozado por un atentado dinamitero, en Washington, junto con su colaboradora estadunidense Ronnie Moffit. Era 1975. Orlando Letelier, canciller y ministro de Defensa en el gobierno de Unidad Popular de Salvador Allende, vivía ya exiliado en Estados Unidos, con su familia.
Este lunes, en Panamá, el cubano Guillermo Novo, el hombre que activó la carga de dinamita contra Letelier y Moffit, fue sentenciado a siete años de prisión (ya purgó cuatro) junto con otros tres terroristas cubanos, por haber planeado un atentado dinamitero contra el presidente de Cuba, Fidel Castro, en el Paraninfo Universitario de Panamá, en 2000.
Al mismo tiempo, el juez de la causa declaró nulos los delitos de asociación ilícita que hubieran permitido que este grupo de ancianos terroristas fueran juzgados también por otros delitos, entre otros la voladura de un avión cubano en Bahamas, en 1976, que mató a decenas de jóvenes deportistas.
Ante esta sentencia, Letelier declaró que no hay pena que logre resarcir el sufrimiento causado. Pero señala, por otra parte, que ha sido "positivo" haber identificado a estos individuos.
"Hay un grupo de personas que optaron por el terrorismo para lograr sus fines políticos. Es positivo que esas historias sean esclarecidas y estos hombres sean juzgados. Pero no es suficiente. Hay que preguntarse si actuaron por una motivación individual o fueron respaldados por alguien más, una fuerza política o un gobierno", apuntó. BLANCHE PETRICH
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