México D.F. Viernes 23 de abril de 2004
Doce legisladores colombianos siguen secuestrados
Mano dura de Uribe a las FARC cancela la posibilidad
de diálogo
GEORGINA SALDIERNA Y BLANCHE PETRICH
El gobierno de Alvaro Uribe optó por exacerbar
el conflicto armado que enfrenta Colombia desde hace décadas, al
apostar por una derrota militar de las guerrillas, lo que alejó
todos los mecanismos posibles para crear espacios de interlocución
y gestión humanitaria para rescatar con vida a una docena de parlamentarios
-todos del opositor Partido Liberal- que sigue secuestrada por las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lamentó Juan Pablo Letelier,
presidente de la comisión de defensa de los derechos de legisladores,
de la Unión Interparlamentaria (Uip), quien mañana emitirá
su resolución anual.
El
grave caso de la vulnerabilidad de los legisladores colombianos acompaña
las situaciones más extremas en el mundo, como los casos de Myanmar
(donde hay un congreso disuelto, con más de 50 diputados que han
sido detenidos, torturados y algunos asesinados), Zimbabwe (con más
de 30 legisladores presos y torturados) e Israel, el único caso
en el mundo donde un legislador fue detenido en su propio territorio por
una fuerza extranjera y trasladado a otro Estado para ser juzgado. En estos
cuatro países se encuentran los más graves cuadros de violaciones
a los derechos humanos de los parlamentarios.
Juan Pablo Letelier, diputado socialista chileno, presidente
de esta comisión, expresó la preocupación de la Uip
por la "insuficiente acción" del gobierno colombiano para echar
a andar mecanismos para rescatar a los parlamentarios secuestrados. "Esto
-dijo- no es humanitario, democrático ni correcto". Bogotá
-insistió- tiene la obligación de buscar por todas las vías,
incluso el diálogo informal, para lograrlo".
El año pasado el secretario general de la Uip,
Anders Johnsson, encabezó una misión a Colombia, entrevistándose
con funcionarios y líderes de la oposición para explorar
las posibilidades políticas que permitieran acelerar los contactos
con las FARC, rescatar a estos parlamentarios y pedir que el Congreso colombiano
incorpore en su agenda la discusión del tema. No obtuvo respuesta.
''No pretendemos dictarle cátedra al gobierno colombiano sobre cómo
enfrentar el conflicto armado, pero percibimos que en el país no
hay voluntad política para enfrentar esta agenda", dijo Letelier.
Añadió que la vía militar elegida
como estrategia por el gobierno para enfrentar el conflicto armado no deja
espacios para establecer interlocución o gestiones humanitarias
para el rescate. La vía "dura" de Uribe es respaldada por Estados
Unidos, que tiene otros intereses en el conflicto.
Otro indicio de impunidad en estos casos es el hecho de
que a pesar de que un tribunal señaló a Carlos Castaño,
ex dirigente de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC),
como responsable directo de algunos atentados contra legisladores, el gobierno
de Uribe no ha actuado contra él. "Ahora Castaño se disfraza
de paloma de la paz; no le creemos".
El legislador chileno estuvo en misión de la comisión
en Zimbabwe hace tres semanas. Describió la compleja situación
en esa nación africana que en el marco de un conflicto de tierras
muy grave sufrió en 2002 una ruptura institucional en el Congreso.
Ahí las rivalidades políticas se dirimen quemando las casas
del rival o arrojando a los techos tal cantidad de piedras que estas se
colapsan. "Sin una tradición democrática, hace falta un largo
aprendizaje de tolerancia política", concluyó.
|