México D.F. Lunes 23 de febrero de 2004
Su pieza dramatúrgica La obra del
bebé se estrena en México el 1º de marzo
Mi tarea, sostener el espejo exacto de la sociedad:
Edward Albee
No escribiría ningún texto sin vocación
correctiva; por eso son tan polémicos,define quien es considerado
el precursor del teatro del absurdo en Estados Unidos
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
El dramaturgo Edward Albee no se deja intimidar. No busca
la polémica y, sin embargo, cada una de sus obras provoca posiciones
encontradas. La crítica las despedaza o las ensalza. No hay términos
medios.
Albee (Washington, 1928), uno de los principales escritores
vivos del teatro mundial, es considerado ''el niño malo'' de la
dramaturgia porque en sus obras aborda sin cortapisas temas alejados del
conservadurismo y la complacencia.
Sus
críticas a la sociedad comprenden también cuestionamientos
a la administración Bush. ''Encuentro a mi país en problemas
muy serios, económica, política y moralmente. Todo a consecuencia
de la corta visión y duplicidad del gobierno.
''Todos los artistas, los creadores serios, están
en oposición a los elementos de su sociedad. Yo no soy la excepción.
Mi responsabilidad es sostener un espejo exacto de mi sociedad", expresa
a La Jornada el autor de The Lorca Plays y Tiny Allice,
a unos días de que se estrene en México La obra del bebé,
que ya ha sido vista en Estados Unidos y Europa.
Comparado a menudo con dramaturgos como Tennessee Williams,
Eugene O'Neill, Arthur Miller, Samuel Beckett y Harold Pinter, Albee es
el iniciador del teatro del absurdo estadunidense con su obra La historia
del zoológico, que escribió a los 30 años y se
estrenó en Berlín en 1959.
A partir de entonces se han producido casi una treintena
de sus obras. Por tres de ellas obtuvo el premio Pullitzer: A delicate
balance (1966), Seascape (1974) y Three tall women. Sin
embargo, su trabajo más reconocido en el mundo, ¿Quién
teme a Virginia Woolf?, sólo obtuvo el premio Tony, aun cuando
la crítica ya lo había señalado como favorito para
el Pullitzer, como ocurrió con La obra del bebé.
En cada obra Edward Albee se ocupa de aspectos existencialistas,
del absurdo de las reglas e imposiciones sociales, y las llena con diálogos
inteligentes y mordaces. La sátira es otra de sus características.
El mayor riesgo de ser Edward Albee ''es que la gente
cree conocer todas mis inquietudes antes de experimentar cada una de mis
puestas en escena. Mi recompensa es que están equivocados".
Creo, agrega, "en el poder transformador del arte", y
ahora, después de 46 años de carrera teatral, señala
que de La historia del zoológico a The Occupant, que
se estrenó en 2002, ''tengo mi oficio bajo mayor control con cada
obra que escribo, y no he encontrado ninguna dificultad al momento de escribirlas''.
Cuando estoy en el proceso de escritura, continúa,
''me gusta pensar que no escribiría ninguna obra si no fuera correctiva'',
y a eso debe, en gran parte, que sean tan controvertidas. "Son polémicas
porque tengo razón: son correctivas.''
Y mientras la crítica y el público buscan
en la creación de Albee rastros autobiográficos, el dramaturgo
aclara: ''nunca he escrito acerca de mí, en verdad; pero todos mis
personajes están filtrados a través de los límites
de mi comprensión''.
En México La obra del bebé se estrena
el 1º de marzo en el Polyforum Cultural Siqueiros, con las actrices
Monserrat Ontiveros y Verónica Segura y los actores José
Sefami y Andrés Zuno, bajo la dirección de Víctor
Weinstock, alumno y traductor de Edward Albee, quien también coprodujo
en 1997 Tres mujeres altas, que llegó a las 250 representaciones.
Trata de una pareja enamorada que tiene un bebé.
Su idea de felicidad se ve seriamente enturbiada con la llegada de otro
par de adultos que cuestiona la existencia del menor, dando por resultado
que ambas parejas debatan su realidad.
La pareja de jóvenes no tiene idea de por qué
la otra pareja llegó de visita; sólo después se percata
que pretende robarse al bebé. En una de las escenas los visitantes
aparentemente convencen a los padres de que el crío no existe.
La obra aborda "los compromisos que hacemos y las mentiras
que nos decimos, porque vivir al límite es muy peligroso", comentó
Albee a su biógrafo Mel Gussow. Y añade: "La obra es acerca
de cuánto dolor y pérdida podemos tener y cuándo lo
podemos sentir".
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