México D.F. Miércoles 31 de diciembre de 2003
"Un trabajo enriquece al otro. La fórmula
resultó positiva en 2003", afirma
Gilberto Gil se prepara para recorrer el mundo con
doble misión: artista y ministro de Cultura
REUTERS
Brasilia, 30 de diciembre. Gilberto Gil, estrella
de la música popular brasileña y ministro de Cultura, está
con las maletas listas para 2004, cuando volverá a recorrer el mundo
en su doble condición de artista y funcionario.
Con traje, corbata y trenzas rastafaris, el autor de clásicos
de la música brasileña y renovador del movimiento musical
del país se pasea con naturalidad por la casa de gobierno y asegura
que, un año después de asumir el cargo de ministro, tiene
mucho trabajo y poco tiempo para cantar, componer y escuchar.
"Tengo
poco tiempo para escuchar música. Pero aún así oigo
algunas cosas nuevas de rap chileno, candombe uruguayo y música
indígena de Perú", dijo Gil mientras mostraba un disco de
Pedro Ortaca, músico del sur de Brasil, que recibió de regalo
navideño del ministro de las Ciudades, el también sureño
Olivio Dutra.
"También me gusta (el venezolano) Simón
Díaz y (los argentinos) Fito (Páez), Charly (García)
y Pedro Aznar. Mantengo bastante contacto con ellos. Con Fito me encontré
este año. Con Pedro hablé por teléfono. Son grandes
artistas y también se interesan por la política cultural",
agregó.
Apretada agenda
En 2004, el ministro, que quiere "promover que se intensifique
la circulación más de los productos culturales brasileños
en centro y Sudamérica", no dejará descansar al artista,
que ya tiene programadas presentaciones en Europa, Asia y Oceanía.
"Entre febrero y marzo, después del carnaval, iré a Hong
Kong, Nueva Zelanda y Australia, con las misiones de ministro y artista.
Siempre que puedo junto las dos cosas. Un trabajo enriquece al otro. Fue
una fórmula que resultó positiva en 2003", explicó
Gil.
"El año próximo, también voy a participar
artísticamente y como ministro en actos en Barcelona y Portugal,
y en julio iré a Croacia, Suecia y Dinamarca. Serán misiones
oficiales en las que también cantaré", dijo.
Afiliado al Partido Verde, Gil asumió como ministro
en medio de críticas de intelectuales ligadas al gobernante Partido
de los Trabajadores (PT), que no lo veían capaz de conducir la política
cultural de un país de una diversidad como la de Brasil.
Sin embargo, el músico, graduado en administración,
consolidó su posición en el gabinete del presidente Luis
Inacio Lula da Silva con ambiciosos proyectos de estímulo a la industria
audiovisual y de mejora de la protección autoral, entre otros, que
espera funcionen a plenitud en 2004.
También, en busca de unir a la cultura con los
objetivos de inclusión social del gobierno, promueve la apertura
de bibliotecas públicas en regiones rurales de la zona noreste del
país.
"El próximo año será mejor que 2003.
Vamos a crear el Museo del Indio, el Instituto de los Museos de Brasil,
el Instituto de Artes Populares", indicó Gil al relatar con entusiasmo
sus proyectos.
Entre Salvador y Río de Janeiro
También, como cada año, participará
en la mayor fiesta popular brasileña, el carnaval; dividirá
su tiempo entre su amada ciudad, Salvador, en Bahía, y Río
de Janeiro.
Para el ministro Gil, que empezó su vida laboral
en la multinacional Unilever, empresa que dejó por la música,
los cambios son una constante.
"Pero son cambios, no rupturas", aclaró. "Son cambios
naturales, flujos de transformación. Serían rupturas si hubiese
abandonado mis carreras. Pero, al menos hasta que vine al ministerio, continué
administrando mi pequeña empresa, e incluso ahora, como ministro,
continúo haciendo música".
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