México D.F. Miércoles 31 de diciembre de 2003
El ermitaño más famoso de Estados
Unidos cumplirá 85 años este jueves
Corre el rumor de que J.D. Salinger escribe como poseso
en su apartada colina
Quien se acerque a su casa de Cornish, New Hampshire,
es recibido con perdigones
DPA
Nueva York, 30 de diciembre. El fantasma de la
literatura estadunidense vive en una casa solitaria en los bosques de New
Hampshire. Y si alguien intenta acercarse, corre el riesgo de que le disparen
andanadas de perdigones. Desde hace décadas, J.D. Salinger, quien
este primero de enero cumple 85 años, no está para nadie.
Con
el adolescente Holden Caulfield, que se quiebra frente a la frialdad y
la hipocresía de los adultos, Salinger creó un personaje
comparado por los críticos con el Werther de Goethe en cuanto a
su importancia en la literatura universal.
La novela de Salinger El guardián entre el centeno,
traducida a casi 40 idiomas, conserva el estatus de culto luego de más
de medio siglo de haberse publicado.
Durante un tiempo, Jerome David Salinger, hijo de un vendedor
judío de quesos oriundo de Polonia, disfrutó del impresionante
éxito de su novela en los salones neoyorquinos. William Faulkner
dijo de ella que era ''la obra maestra de su generación".
Pero The catcher in the Rye, aparecida en 1951
tras 10 años de trabajo, no fue el único escrito de Salinger.
También publicó algunos cuentos.
Luego se sentó en su coche, viajó seis horas
en dirección noreste y se encerró. ''Prohibido el paso",
puede leerse en un cartel ubicado a la entrada de la propiedad de Salinger,
cercana a la población de Cornish, de apenas mil 700 habitantes.
En varias ocasiones, según se cuenta, el hombre
de dos metros de estatura y cabello blanco expulsó a los visitantes
no deseados con su escopeta. Pero hace tiempo que no se oye nada de é1.
''Cuando se le deja tranquilo, no pasa nada", dice una
mujer del ayuntamiento local. De todas partes de Estados Unidos y de cada
rincón del mundo llegaron hasta Cornish, en las últimas décadas,
admiradores de Salinger con la esperanza de ver al ermitaño más
famoso de Estados Unidos.
De acuerdo con la descripción del camino en Internet,
doblan hacia la derecha, donde está el pequeño cementerio
de cerco blanco, siguen la Platt Road, luego la Lang Road y finalmente
suben la Sander Kill Road. Las mayores posibilidades de ver la casa de
Salinger se dan en invierno por la falta de hojas en los árboles.
A los habitantes de Cornish no les gusta mucho este turismo.
''El hombre quiere que lo dejen en paz y eso hay que respetarlo", dice
Emily Cronwell, desde hace años bibliotecaria del pueblo. ''Tenemos
un ejemplar de cada una de sus obras", añade. ''No hace falta toda
una estantería".
Quizá eso cambie. Desde hace un tiempo corre el
rumor de que el misterioso autor está escribiendo como un poseso
en su apartada colina.
Si es verdad que Salinger escribe y si no quema todas
las páginas en algún momento, entonces algín día
de las colinas de New Hampshire surgirá una nueva sensación
literaria. Pero es incierto, si lo que el escritor deje como legado se
aproximará a El guardián entre el centeno.
Salinger mismo dejó claro el criterio para una
gran novela cuando le hizo decir a Holden: ''Lo que más valoro es
cuando uno queda completamente agotado después de leer un libro
y desea ser amigo del autor y poder llamarlo por teléfono en cualquier
momento''.
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