México D.F. Miércoles 31 de diciembre de 2003
2003: revés al panismo y fractura del PRI
Fox, enfrentado con el Congreso en el
año del banderazo para la sucesión
CIRO PEREZ SILVA
Las elecciones intermedias efectuadas el 6 de julio significaron para el presidente Vicente Fox la primera gran evaluación a su gobierno. Los resultados le negaron la mayoría que reclamaba para poder gobernar, y su partido, con 55 diputados menos en relación con los 206 que tenía, no pudo evitarle al mandatario la derrota del 11 de diciembre, cuando en San Lázaro se rechazó su propuesta de aplicar el impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas, en un hecho que enfrentó como nunca en los pasados tres años al jefe del Ejecutivo con el Congreso.
Este 2003 que hoy termina también dejó ver la lucha por el control político en los partidos en una adelantada carrera por la Presidencia del país. Los panistas "puros" fueron incorporados al gobierno foxista y afianzaron el control en su partido; en el PRI rompieron Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, lo que dividió a gobernadores, sectores y sindicatos priístas, mientras el PRD abrió un proceso de recomposición luego de la sorpresiva renuncia de Rosario Robles, a quien acusaron de endeudar en exceso a su partido.
Intenso en la arena política, 2003 lo fue también en la persecución judicial a personajes señalados como piezas clave en los casos de represión durante la llamada guerra sucia de los años 70 y en la investigación de funcionarios cercanos al primer círculo del poder, acusados de tráfico de influencias.
Con el inicio del año llegaron los primeros cambios en el gabinetazo foxista. El 8 de enero, durante una gira de trabajo por Tamaulipas, el propio Fox confirmó la renuncia del secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda Gutman, cargo que a la postre recayó en Luis Ernesto Derbez. La salida de Castañeda, uno de los hombres más cercanos al mandatario, estuvo precedida por filtraciones que hablaban del interés del entonces canciller por ocupar otra cartera, concretamente las secretarías de Gobernación o de Educación Pública, proyecto que no fructificó.
Dolorosa como fue para el Presidente, esta renuncia echaba por tierra su promesa a los mexicanos, cuando afirmó, al presentar en noviembre de 2000 a su equipo de trabajo, que él hacía "contratos por seis años".
Castañeda no fue el único. A lo largo de 2003 Fox promovió otros relevos e incorporó a "panistas puros" al primer círculo, del cual habían sido excluidos. Apenas un día después de su tercer Informe, en el que reconoció "ineficacias" en el equipo gobernante, Fox ordenó la destitución de los secretarios de Energía, Ernesto Martens, y de Medio Ambiente, Víctor Lichtinger, sustituidos por los blanquiazules Felipe Calderón Hinojosa y Alberto Cárdenas Jiménez, respectivamente. Eran los primeros ceses decididos por el mandatario.
Fueron resultado de la evaluación que el Presidente hizo del gabinetazo y de los ajustes acordados con la directiva del PAN, que este año reclamó espacios y estableció condiciones como partido en el gobierno.
El encargado de hacer el anuncio fue el secretario particular y también nuevo vocero de Fox, Alfonso Durazo Montaño, quien sustituyó en el cargo a Rodolfo Elizondo, enviado a su vez a la Secretaría de Turismo tras la renuncia de Leticia Navarro.
Otros que se integraron al equipo de Fox fueron Luis Pazos, quien llegó brevemente a la dirección de Banobras para luego incorporarse a la Secretaría de Hacienda; el ex dirigente panista en el Distrito Federal José Luis Luege como titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, y Manuel Reed Segovia al frente de la Comisión Nacional Forestal.
Sin duda, el más sonado de los relevos fue el de Guido Belsasso, personaje ligado a Marta Sahagún, quien se desempeñaba como comisionado del Consejo Nacional contra las Adicciones. Jaime Avilés evidenció en La Jornada cómo este personaje en una página de Internet no sólo utilizaba el nombre del presidente Fox, sino que aseguraba estar "conectado políticamente con el primer nivel", para "venderse" a posibles inversionistas nacionales y extranjeros como intermediario entre el gobierno de México y "facilitar" cualquier negocio en el país.
La cercanía con ese primer círculo le valió a Belsasso que el Presidente no lo despidiera, sino simplemente le aceptara su renuncia, aunque el médico es investigado por la Secretaría de la Función Pública, la cual podría fincarle responsabilidades por tráfico de influencias.
Los cambios ordenados por Fox empezaron a prepararse luego del retroceso que el panismo sufrió en las pasadas elecciones federales del 6 de julio, en las que perdió 55 posiciones en la Cámara de Diputados. A pesar de conservar la segunda fracción más numerosa en San Lázaro, vio alejarse la posibilidad de aprobar las llamadas reformas estructurales del gobierno ante un PRI y un PRD fortalecidos.
No obstante que, junto con el PRD, logró que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anulara en octubre el triunfo del PRI a la gubernatura de Colima, entre otras razones "por la indebida participación" del entonces gobernador Fernando Moreno Peña en favor del candidato tricolor, al reponerse el procedimiento electoral volvió a ganar Gustavo Alberto Vázquez Montes, victoria que le fue reconocida apenas ayer por la autoridad judicial federal, pese a la opinión de la presidenta del Instituto Electoral local.
Desde el Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador fue factor determinante para el crecimiento del PRD a escala nacional en las elecciones intermedias. Este 2003 pudo inaugurar importantes obras de infraestructura, como el segundo piso en un tramo del Periférico y un distribuidor vial, además de incrementar los recursos para programas sociales.
A esto, PAN y PRI respondieron castigando el presupuesto para la capital del país, al limitar el techo de endeudamiento solicitado para el año próximo por López Obrador, entre otras maniobras. Con todo, el tabasqueño terminó el año convirtiéndose en uno de los pocos defensores del presidente Fox, además de alcanzar una escala de popularidad de 86 por ciento.
Un hecho que marcó la presencia de México en el mundo fue la postura pacifista que fijó el país como miembro del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas frente a la crisis en Oriente Medio, la cual derivó en la invasión a Irak y provocó el deterioro de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Durante meses se especuló sobre la salida del representante de México ante el Consejo de Seguridad, Adolfo Aguilar Zinser, por mantener, contra todo tipo de presiones, la postura del gobierno foxista. Sin embargo, en noviembre Aguilar Zinser presentó su renuncia luego que el Presidente se dijo "ofendido" cuando el todavía representante ante la ONU declaró que México era el patio trasero de Estados Unidos.
En medio de este desencuentro quedó también el presunto acuerdo migratorio México-Estados Unidos, particularmente significativo para el presidente Fox en virtud de que fue una de sus principales apuestas políticas. "Podría tardar varios años", reconoció Luis Ernesto Derbez el 12 noviembre, luego de reunirse en Washington con el secretario de Estado, Colin Powell, declaraciones que contrastan con los anuncios realizados semanas atrás por funcionarios mexicanos, quienes indicaron que en esa reunión se lograría al menos un calendario para lograr un acuerdo.
Un mes antes fue designada Guadalupe Morfín Otero como comisionada para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez, quien adelantó, al iniciar su gestión, que "sería irresponsable asegurar que se resolverán al ciento por ciento" los casos de las más de 300 mujeres asesinadas en esa ciudad.
En septiembre, el ex procurador general de la República Jorge Carpizo presentó una denuncia ante esa institución por lavado de dinero, denuncia que involucró al cardenal Juan Sandoval Iñiguez, al empresario José María Guardia y a 14 personas más. El cardenal se dio a la tarea de desmentir tales acusaciones. Visitó a Fox y, luego de ese encuentro, declaró que el propio Presidente le había asegurado que quedaría exonerado en dos o tres semanas, generando con esta revelación toda clase de cuestionamientos sobre la independencia de la Procuraduría General de la República (PGR) en la investigación de delitos.
Pasaron más de dos semanas y fue en este diciembre cuando la PGR exoneró al cardenal.
Este mismo mes, Gustavo Castillo adelantó en La Jornada la orden de un juez para detener a Miguel Nazar Haro, a Luis de la Barreda Moreno y a Juventino Romero, por la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, ocurrida el 19 de abril de 1975 en Monterrey, Nuevo León. Los primeros dos, hoy prófugos, fueron titulares de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad, en tanto que Romero se desempeñaba como agente de la Policía Judicial de esa entidad.
El anuncio estuvo precedido por una serie de revelaciones sobre la violencia que utilizaron las fuerzas armadas, la policía federal y los cuerpos de seguridad locales para reprimir los movimientos políticos sucedidos entre 1968 y las décadas de los setenta y ochenta en el país.
Otros han logrado sortear a la justicia, al menos hasta el momento. Tal es el caso del senador Ricardo Aldana, del diputado local Jesús Olvera y del líder petrolero Carlos Romero Deschamps. Los tres fueron acusados de desviar recursos de Petróleos Mexicanos hacia la campaña presidencial de Francisco Labastida en 2000. Consiguieron -luego de largos meses de disputas legales en tribunales y debates políticos en el Congreso- evitar su desafuero, pero aún mantienen un expediente abierto en tribunales.
En este 2003 que hoy termina, la falta de consensos fue el signo que marcó las relaciones entre los partidos. Uno de los primeros distanciamientos entre los institutos políticos en la naciente 59 Legislatura -la tercera consecutiva con una mayoría opositora al gobierno federal- fue el nombramiento de los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE).
Si bien al comienzo participaron en un principio de acuerdo representantes de PAN, PRI y PRD, la composición del nuevo consejo del IFE contó al final sólo con el voto de priístas y panistas, y fue impugnada por el sol azteca, que denunció la incorporación de figuras identificadas con aquellos partidos, con lo cual, de acuerdo con los perredistas, se rompe el principio de ciudadanización con el que nació el instituto.
En la recta final de este año, la lucha por el control del Congreso se convirtió en un enfrentamiento por la titularidad de la interlocución con el presidente Fox en el tema de las reformas estructurales, principalmente la fiscal.
Abanderada por Elba Esther Gordillo, la propuesta presidencial fue descalificada por la mayoría de los diputados del PRI, además de PRD, PT, verdes y Convergencia. Aunque el debate se centró en la negativa de la directiva priísta a gravar con IVA alimentos y medicinas, en los hechos el líder nacional del PRI reclamaba para sí un canal de comunicación directo con Vicente Fox.
Fueron meses intensos, en los que se desató una campaña desde el gobierno federal para descalificar a Roberto Madrazo y al Congreso. Al primero por "no honrar los acuerdos" que presuntamente había comprometido directamente con Fox en reuniones privadas celebradas en Los Pinos para promover una reforma fiscal, y al segundo por "frenar el desarrollo del país" al rechazar la propuesta original y las subsecuentes, todas ellas cabildeadas por Gordillo.
La condena a Madrazo no sólo se promovía desde Los Pinos. Encuentros privados con gobernadores priístas y su dirigente daban cuenta de una clara división. De los 17 mandatarios estatales del tricolor, Gordillo Morales había logrado conseguir el apoyo de 10 para promover la reforma foxista que pretendía imponer IVA en alimentos y medicinas.
Pero Madrazo operó y no sin jaloneos consiguió en menos de una semana voltear las cifras. El principal argumento para ello provino de los diputados, quienes manifestaron su enojo ante el "trato displicente y grosero" que les dispensó la maestra y que obligó a los gobernadores a ceder en favor de su dirigente.
Al final la propuesta fue rechazada y Gordillo Morales desconocida por la mayoría de sus diputados como coordinadora, marcando con ello el claro rompimiento de Madrazo y la maestra, que derivó en la creación de una nueva corriente interna en el PRI, encabezada por la profesora y 50 de sus más cercanos colaboradores en San Lázaro.
Este 2003 termina con una dolorosa derrota legislativa para el presidente Fox, y una lastimada relación entre éste y el Congreso que parece difícil de recomponer en lo que resta del sexenio, cuando desde hoy los partidos ya se atrincheran para enfrentar las elecciones para gobernador en 10 estados y la codiciada sucesión presidencial.
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