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México D.F. Miércoles 31 de diciembre de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Tardía reacción priísta
Vigilancia rigurosa al gasto... del GDF
ALARMADOS POR EL crecimiento de la deuda pública capitalina, los senadores priístas decidieron rechazar el techo de endeudamiento 2004 para el gobierno del Distrito Federal (2 mil 500 millones de pesos) y sólo aprobaron 20 por ciento (500 millones) del monto originalmente propuesto.
LA REACCION "VIGILANTE" y "preocupada" de dichos legisladores resulta saludable, aunque tardía, sin lugar a dudas.
DADO QUE SU rechazo -obvio es- no conlleva ingrediente político alguno en contra del pejegobernador, ni mucho menos zancadillas prelectorales al tabasqueño, los sensibles cuan alarmados senadores tricolores deberían hacer un ejercicio autocrítico por no haber reaccionado a tiempo, en el mismo sentido y con igual contundencia por el escandaloso incremento de la deuda pública interna en el primer trienio del gobierno foxista, al que va asociado el creciente pago de intereses, débito que no se ve reflejado en ninguna parte, pero de que se paga, se paga.
DE ELLOS SE hubiera esperado una reacción similar, también, porque a pesar del voluminoso pago del servicio de la deuda pública externa federal efectuado a lo largo de los pasados tres años, el saldo de dicho débito se mantiene en un nivel similar al reportado el primero de diciembre de 2000, cuando el guanajuatense se cruzó la banda presidencial y saludó a sus hijos desde la tribuna de la Cámara de Diputados.
EN EL ENTENDIDO de que su decisión busca fortalecer a las alicaídas finanzas públicas, los congresistas, de igual manera, tendrían que haber frenado la sangría que para el erario nacional implica -año tras año y durante muchísimos más- el creciente gasto presupuestal que se destina a la atención de las necesidades de la nomenklatura financiera, o lo que es lo mismo, el "rescate bancario", que tan sólo en 2004 sumará 41 mil millones de pesos, cifra ligeramente inferior al monto que, por décadas, ha acumulado la deuda del gobierno del Distrito Federal.
ESA ACTITUD "VIGILANTE" y "preocupada" tendría que haber cancelado, en tiempo y forma, la constante desviación de recursos públicos, como en el caso de los rescates carretero y azucarero, los 7 mil 700 millones de subsidios eléctricos a las megaempresas, los 45 mil millones de pesos que los banqueros adeudan al fisco nacional, los 7 mil 500 millones por exenciones fiscales a trasnacionales petroleras y tantos más.
POR EL BIEN de las finanzas nacionales, como lo sustentan, los incisivos senadores tricolores tendrían que haber recortado, de tajo, los generosos cuan crecientes salarios, prestaciones, viáticos y conexos que reciben los funcionarios gubernamentales de alto nivel, cubiertos, dicho sea de paso, con los impuestos de los mexicanos que cumplen con el fisco (escasos los segundos, no tanto los primeros).
PODRIA SEGUIR LA inagotable relación de "tendrían que haber" hecho tal o cual cosa, pero es necesario considerar que, si bien la reacción "vigilante" y "preocupada" de los legisladores priístas es tardía, en la práctica es un primer ejercicio que continuará, porque, como irrebatible muestra de verticalidad, neutralidad y seriedad en sus decisiones, ellos mismos, a la brevedad, se reducirán, en grado sumo, sus propios salarios, prestaciones, viáticos y conexos, siempre pensando en el bien de las finanzas nacionales.
MIENTRAS ESO SUCEDE -e inobjetablemente sucederá-, los contundentes senadores deberán enterarse de que en el primer trienio de la administración del "cambio" la deuda pública interna neta del gobierno federal se incrementó en 281 mil 156.06 millones de pesos (49 por ciento), monto que se traduce en alrededor de 25 mil millones de dólares, a precios actuales.
DE ACUERDO CON las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática -al que recién le negaron la autonomía-, el primero de diciembre de 2000 el saldo de la deuda pública interna neta del gobierno federal ascendió a 573 mil 787.6 millones de pesos; en octubre de 2003 -último dato disponible- sumó 855 mil 348.2 millones. De hecho, tan sólo en 2003-hasta octubre- dicho débito se incrementó en poco más de 34 mil millones de pesos.
SI EL GOBIERNO de Fox se mantiene por esa ruta, fácilmente superará el estratosférico endeudamiento interno reportado durante el sexenio de su aterciopelado amigo, Ernesto Zedillo, periodo en el que el saldo de la deuda pública interna neta del gobierno federal se incrementó 445 mil 470.7 millones de pesos, es decir, casi 350 por ciento más que el registrado el primero de diciembre de 1994.
ES ENTENDIBLE QUE en el sexenio del presidente que nunca tuvo cash se observara ese brutal incremento, porque durante su ejercicio se reportaron todo tipo de "rescates" (bancario, carretero, azucarero y conexos), amén del error de diciembre, el puntual pago de Tesobonos a los especuladores y demás desvíos de fondos públicos para cubrir las urgencias privadas.
QUE BUENO, PUES, que los legisladores priístas finalmente se ocupen y preocupen de la salud de las finanzas nacionales, porque en 2004, según establece el austero proyecto de presupuesto de egresos de la federación -en manos del Legislativo-, el costo financiero de la deuda pública interna del gobierno federal sumará 88 mil 171.43 millones de pesos (cerca de 8 mil millones de dólares), monto 53 por ciento superior al que implicará el correspondiente a la deuda pública externa (57 mil 688.7 millones) en el mismo periodo.
PARA REDONDEAR SU vigilancia, explicarán a sus mortales representados otro misterio: por qué, a pesar de la voluminosa erogación realizada, en el pasado trienio el saldo de la deuda pública externa neta prácticamente no se ha movido, puesto que el primero de diciembre de 2000 fue de 77 mil 660.5 millones de dólares y en octubre de 2003 de 76 mil 332.7 millones, una diferencia de mil 327.8 millones en el periodo.
ELLOS, QUE TANTO cuidan los dineros públicos, se enterarán de que, como sus predecesores, el gobierno del "cambio" lo único que ha hecho es cubrir puntualmente el multimillonario pago de intereses de la deuda externa y tomarán nota que en enero de 1990 el saldo de dicho débito fue de 76 mil 665 millones de billetes verdes, es decir, 332.3 millones menos que en octubre de 2003.
Las rebanadas del pastel:
šSALUD! por el 2004. [email protected]
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