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México D.F. Sábado 15 de noviembre de 2003
IPAB: ¿MOVIMIENTO ENCUBRIDOR?
La
remoción de Julio César Méndez Rubio de la secretaría
general del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB)
y su remplazo por Mario Alberto Beauregard Alvarez, quien hasta hace unos
días ocupaba un alto cargo en el Fondo Monetario Internacional (FMI),
parece algo más que un simple cambio de directivos y constituye
una maniobra en la que resulta inevitable sospechar una intención
encubridora de las irregularidades perpetradas bajo el manto del fraudulento
rescate bancario que Ernesto Zedillo impuso al país y que fue convalidado
por los legisladores de los partidos Revolucionario Institucional y de
Acción Nacional.
Es pertinente recordar, al respecto, que la gestión
de Méndez Rubio en el IPAB se caracterizó por su empeño
en realizar una nueva auditoría a operaciones de Banamex, Bancomer,
Banorte y Bital, que fueron señaladas en su momento como irregulares
por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), y que ascienden
a 52 mil millones de pesos. Al parecer, los bancos referidos transfirieron
abusivamente deudas por ese monto al IPAB, el cual, hasta la salida del
funcionario referido, se había venido negando a hacer efectivos
los pagarés correspondientes, en acatamiento a la Ley de Protección
al Ahorro Bancario.
El gobierno de Vicente Fox, y particularmente su secretario
de Hacienda, Francisco Gil Díaz, han llevado su empecinamiento en
cubrir con dinero de la sociedad esas operaciones dudosas -y sin investigar
los posibles ilícitos cometidos en ellas- hasta la Suprema Corte
de Justicia de la Nación (SCJN), ante la cual presentaron una controversia
contra la ASF. Los banqueros, por su parte, presentaron un amparo contra
la revisión y el esclarecimiento de los movimientos sospechosos.
En tales circunstancias, el cambio de Méndez Rubio
por Beauregard Alvarez -un tecnócrata casi emblemático, surgido
del ITAM, macerado en el Banco de México y posteriormente catapultado
al FMI- parece una medida tendente a reorientar al IPAB hacia una nueva
actitud de complacencia ante los banqueros y de encubrimiento de los
enjuagues que conformaron, durante la presidencia de Zedillo, el mayor
saqueo a las arcas públicas de la historia del país. Si Gil
Díaz logra torcer de esa forma el desempeño esclarecedor
del IPAB, la ASF se quedaría sola y aislada en su afán de
investigar las irregularidades más notorias de ese inmoral y fraudulento
rescate bancario que le está costando al país cerca de un
billón (un millón de millones) de pesos. Cabe esperar que
el nuevo secretario general del Instituto para la Protección al
Ahorro Bancario no se preste a semejante maniobra y que el pueblo de México
logre rescatar aunque sea una parte de los recursos que le fueron tan injustamente
sustraídos.
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