México D.F. Sábado 15 de noviembre de 2003
Muestra la historia de varios condenados a muerte
Los exonerados sube al banquillo de los acusados
a la justicia estadunidense
ARTURO CRUZ BARCENAS
La obra documental Los exonerados sube al banquillo
de los acusados al sistema judicial de Estados Unidos; centra su trama
en las historias de seis hombres y mujeres inocentes que pasaron años
condenados a muerte antes de ser puestos en libertad gracias al descubrimiento
de nuevas evidencias en sus casos y la naciente tecnología del ADN.
Son las historias verdaderas, con sus propias palabras, de lo que les ocurrió.
La moraleja es que el trance le pudo haber pasado a cualquiera de nosotros.
Los
escritores Jessica Blanck y Eric Jensen se basaron en entrevistas que ellos
realizaron a más de 40 reclusos exonerados de la pena de muerte
en EU. En la primavera de 2002, codirigieron la producción en el
Tim Robbins' Actors Gang Theater, que recibió elogios de la crítica.
Fue postulada para cinco premios Ovation (incluyendo mejor dirección)
y tres premios NAACP. Ganó el Ovation a la mejor obra en premier
mundial. Actualmente la pieza se presenta con localidades agotadas en el
circuito Off-Broadway.
En México la puesta en escena es dirigida por Gerardo
González, con la producción de Morris Gilbert, de OCESA Teatro,
con las actuaciones de Carmen Montejo, Susana Alexander, Aarón Hernán,
Silvia Mariscal, Raúl Adalid, Sophie Alexander-Katz, César
Beas, Iván Caraza, Julio Mannino, Juan Navarro, Leticia Pedrajo
y Benjamín Rivero. Algunos alternan papeles.
Vida-muerte, valor-cobardía, fatalidad-suerte,
son algunos de los binomios que marcan el destino de los protagonistas,
quienes relatan nombres, testimonios, fechas y lugares reales. Son hechos
crudos y el montaje muestra un mínimo de elementos. El público
tiene enfrente un juzgado, un mundo kafkiano que reduce al individuo por
medio del absurdo, del poder de la burocracia judicial.
Los personajes hablan en primera persona y directamente
narran cómo fueron llevados a prisión. En la maraña
de juicios y sofismas el tiempo se les impone, los aleja de los hechos
y la explicación de su defensa, que se hace cada vez más
difícil.
En el mundo de las apariencias ser negro es un delito,
ser mexicano también. Sólo lo blanco es blanco. Qué
decir de los indios. Se busca un culpable. Se le halla y se le encierra.
Si conoció a la víctima ya es sospechoso. La cárcel
va minando todo. Reduce la autoestima. Son señalados por gente brillante
que estudió en Yale, Princeton, Harvard.
Algunos presos en el pasillo de la muerte pasaron años
en el piso superior al que contenía la silla eléctrica: 2
mil 200 voltios. Oyeron morir a otros condenados, en una tortura que al
ser liberados se trocó pesadilla que los despertaba en las madrugadas,
a medio día, en la tarde. Muchos se refugiaron en la fe, en La Biblia,
hasta 22, 17, 15... años.
¿Cómo fuma un preso? Se fuma el tiempo,
la última bocanada. Los exonerados al salir de la prisión
intentan volver a ser lo que eran: personas, seres humanos. La libertad
se cierra por dentro. Imposible lograr el relajamiento. Al final se escucha
el típico: "Usted perdone".
Los exonerados, teatro Rafael Solana del Centro
Cultural y Social Veracruzano, sito en Miguel Angel de Quevedo 687, colonia
Coyoacán. Funciones: jueves, 20:30 horas; viernes, 19:30 y 21:30;
sábados, 18 y 20, y domingos, 17:30 y 19:30 horas.
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