México D.F. Sábado 15 de noviembre de 2003
Con el IVA a los libros, el gobierno violaría
la Ley para el Fomento a la Lectura
Si Hacienda trabajara bien no habría necesidad
de gravar la cultura
Datos de la SHCP muestran que en 2002 sólo 7.56
millones de contribuyentes pagamos impuestos Recaudar $500 millones por
ese concepto no nos hará un país de lectores
ENZIA VERDUCHI ESPECIAL PARA LA JORNADA
En 2002 sólo 7.56 millones de mexicanos pagaron
impuestos, pues de acuerdo con estadísticas de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público (SHCP), cada contribuyente
paga 19.6 por ciento más de impuestos que hace siete años,
y tales datos indican que la ineficiencia en el cobro tributario fue lo
que estancó la recaudación fiscal en proporción de
todos los ingresos nacionales.
Si la dependencia fuera eficiente en el cobro de impuestos,
cobraría a todo mundo y no sólo a 7.56 millones de mexicanos.
Es decir, si realizara bien su trabajo, no habría necesidad de gravar
ni medicinas ni alimentos ni la cultura.
La SHCP estima recaudar 500 millones de pesos al gravar
con el impuesto al valor agregado (IVA) a los libros. Actualmente, las
grandes editoriales y los editores independientes absorben ese gravamen
en todo el proceso de producción. Si se aplicara este tributo, el
gobierno federal contravendría la Ley para el Fomento a la Lectura
y el Libro, aprobada en junio de 2000, y la única manera como se
cumpliría cabalmente con lo dispuesto en los artículos 1,
fracción II; 6 y 10, fracción VII, sería aplicando
la exención de 50 por ciento del impuesto sobre la renta (ISR) en
las ganancias del sector editorial.
En el análisis fiscal presentado a la Cámara
Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) por el despacho Price
Water House Coopers, se considera que esta rama ''debe seguir contando
con el apoyo del gobierno federal, es decir, que se respete el estímulo
fiscal en materia de ISR e IVA (reducción de 50 por ciento de dichos
impuestos), y que se mantenga el tratamiento de la tasa 0 en materia de
IVA, ya que esto permitirá crecer, reinvertir utilidades, fomentar
la actividad editorial y evitará la competencia de editoriales del
exterior".
Predominio de importaciones
México
es un país importador de libros, sin el apoyo fiscal a la industria
editorial y la tasa cero del IVA en ejemplares, seguiremos dependiendo
del exterior: en 2001 se distribuyeron en total cerca de 83 mil títulos,
de los cuales 90.5 por ciento fueron de editores extranjeros y sólo
9.5 por ciento de nacionales.
Los editores del sector privado exportaron a más
de 30 países, más de 87 mil títulos y más de
9 millones de ejemplares que representaron una facturación de 40
millones de dólares. Ese mismo año, paradójicamente,
ese sector importó de más de 25 países, 32 mil títulos
y 18 millones de ejemplares, con un valor de compra de 53 millones de dólares.
O sea, una diferencia de 13 millones de dólares entre lo que importamos
y exportamos.
En 2001 la exportación disminuyó 9 por ciento
por ejemplares y 16.7 por ciento por valor de venta, como viene sucediendo
desde el año 2000. Mientras que la importación de ejemplares
aumentó 16 por ciento, pero por valor de compra se registró
una disminución de 13 por ciento, que indica que los editores del
sector privado optaron por adquirir libros con precios accesibles.
Entre los estímulos fiscales a la industria editorial
en España, está la bonificación por actividad exportadora
de libros: ''99 por ciento de la cuota íntegra que corresponda a
la exportación de libros'', siempre que los beneficios se reinviertan
en el mismo ejercicio o en el siguiente, en la adquisición de elementos
vinculados a la mencionada actividad y la deducción por inversiones
en bienes de interés cultural: la edición de libros dará
derecho a una deducción de 5 por ciento (de 1998 a 2002 se aplica
el mismo tipo).
Según datos de la Caniem y de la Federación
Española de Cámaras del Libro, México es el principal
importador de títulos ibéricos. En 2001, España exportó
a México 14 mil 8 títulos, que representan 7 millones 513
mil 526 ejemplares, con un valor de venta por 19 millones 789 mil 759 de
dólares. Mientras que nuestro país exportó a España
3 mil 993 títulos, un total de 289 mil 509 ejemplares, con un valor
de 2 millones 208 mil 109 dólares.
En 2001, los editores agremiados e independientes, con
el apoyo de la Sociedad General de Escritores de México, se comprometieron
a ofrecer ediciones de calidad a precios accesibles a cambio de que la
iniciativa de reforma fiscal presentada por el Ejecutivo federal al Congreso
de la Unión de gravar con 15 por ciento de IVA al libro y eliminar
la exención de 50 por ciento del ISR no se aprobara, compromiso
que se refleja en las cifras preliminares del Estudio de Actividad Editorial
2002, sector libros, elaborado por la Coordinación de Estadísticas
de la Caniem, que indica que la producción de ejemplares de edición
propia superó los 113 millones y las coediciones fueron las más
altas en los anteriores cinco años, al alcanzar 8 millones de ejemplares.
En lo que se refiere a comercialización, el aumento en ventas fue
de 22.8 por ciento, al registrar una venta de 132 millones de ejemplares,
a diferencia de los 107 millones de ejemplares en 2001.
Además, en ese año los editores prefirieron
a los proveedores del país, imprimiéndose en México
71 por ciento de los libros; 84 por ciento del papel utilizado fue de origen
nacional, y sólo 16 por ciento importado, evitando de esta manera
el cierre de imprentas, como sucedió en 1995 debido a la crisis
económica.
Proyecto de reforma contra los lectores
Inti Muñoz, diputado del Partido de la Revolución
Democrática, indicó que el año pasado se ejerció
en materia de cultura un presupuesto de 5 mil 338 millones de pesos, el
paquete económico 2004 propone que se ejerzan sólo 5 mil
67 millones de pesos, 271 millones menos. Por la venta de las 16 empresas
que están en la lista enviada por Hacienda, entre las que se encuentran
el Instituto Mexicano de Cinematografía, los Estudios Churubusco,
Educal y organizaciones de sorteos, se obtendrían a lo sumo 4 mil
millones de pesos.
Recaudar 500 millones de pesos por concepto de IVA en
los libros no nos apartará de ser el penúltimo país
en el índice de lectura de 108 en los mismos términos económicos,
ni que cada mexicano en promedio lea sólo medio libro al año.
La mayor venta de libros se concentra en el Distrito Federal
y el área metropolitana, y desaparecer Educal menguará la
distribución de libros en el interior del país y afectará
no sólo a la producción de la Dirección General de
Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, sino también
a los editores independientes que logran difundir sus títulos por
medio de esa instancia.
Es anacrónico que exista el programa Hacia un
país de lectores, cuando el Ejecutivo federal presenta una reforma
hacendaria que afecta directamente a editores, autores y, principalmente,
a los lectores; amén de destinar millones de pesos en un proyecto
centralista como la megabiblioteca en la antigua estación
Buenavista, en vez de ampliar la red nacional de bibliotecas -con sus talleres
y círculos de lectura- a las comunidades más apartadas.
En la historia de este país -con excepción
de Díaz Ordaz- jamás se ha visto la cultura tan menospreciada
y vapuleada por un gobierno: pretender gravar la cultura es una provocación,
desaparecer las instituciones culturales es un atentado.
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