México D.F. Sábado 15 de noviembre de 2003
Recorrido por el Museo Nacional de Historia
que el lunes reabrirá sus puertas
Niega Arroyo que el INAH sea defensor de la historia
oficial
''Los tiempos del arte no son los de la política'',
señaló el director del instituto
Las salas del recinto ofrecerán un amplio abanico
temático y cronológico
ANGEL VARGAS
El director general del Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), Sergio Raúl Arroyo, rechazó ayer de forma
''categórica" que esa instancia sea defensora a ultranza de la versión
oficial de la historia nacional.
El INAH, enfatizó, ''no se rige por criterios sexenales.
Es una institución transversal del gobierno mexicano que fue fundada
para investigar, en un ámbito de libertad, la historia, la arqueología,
la lingüística y todas aquellas disciplinas a las que damos
cobertura".
De esa manera, el etnólogo respondió al
cuestionamiento en el que se le inquirió hasta qué medida
el nuevo discurso museográfico del Museo Nacional de Historia -que
será reinaugurado el lunes próximo por el presidente Vicente
Fox- pretende defender o ensalzar la visión y los intereses que
sobre el pasado de México sostiene el régimen panista.
Rescritura con mirada crítica
''Nuestro
instituto no ha sido marcado por cuestiones estrictamente coyunturales
de los gobiernos en turno, sino que tiene su propia trayectoria", abundó.
''El arte tiene sus tiempos, que son los del arte, no son los tiempos de
la política".
En conferencia de prensa, convocada este viernes para
dar a conocer el fin de las obras de restructuración de dicho museo,
Arroyo destacó que parte esencial del proyecto consistió
en renovar y replantear el discurso museográfico de ese recinto,
ubicado en el Castillo de Chapultepec, y con ello rescribir bajo una mirada
crítica el devenir de diversos sucesos de la historia mexicana,
cuyo espectro temporal abarca desde la conquista hasta el 2000.
Precisó que ''no calificar" fue uno de los requisitos
planteados al equipo de especialistas que participaron en la investigación
y el diseño de dicho discurso:
''Nunca se sobrepuso un discurso político de cualquiera
de las corrientes sobre el estrictamente histórico. Lo que hizo
variar fueron las propias posiciones que existen entre los historiadores.
Buscamos que el análisis se hiciera con absoluta libertad. Nunca
tuvimos ninguna limitación."
Según comentó, las mayores discrepancias
y discusiones entre los especialistas se suscitaron por la forma en que
habría de abordarse el siglo XX, debido a su cercanía cronológica.
Se acordó entonces, indicó, hacer una síntesis
con los hechos significativos más importantes, sin obviar ni desaparecer
inclusive aquellos que han sido tratados de minimizar por la historia oficial,
como los movimientos magisteriales, el estudiantil de 1968 y el alzamiento
zapatista.
''Quisimos registrar aspectos no sólo de la historia
política, sino algo que permea en el discurso de todo el museo:
la historia cultural, la científica, la del espectáculo público
y la vida cotidiana; se recuperaron elementos nuevos."
El espacio dedicado al siglo XX es una de las innovaciones
que ofrecerá ahora el Museo Nacional de Historia, no sólo
porque en el anterior planteamiento museográfico se abarcaba sólo
hasta la Revolución, sino porque los sucesos son referidos mediante
el recurso de la multimedia, con un mural electrónico en el que
se proyectan fotos, películas y videos, acompañados con música
o, según sea el caso, audios originales.
Acervo de más de 3 mil obras
La
reapertura de este emblemático museo se da luego de tres años,
tiempo que requirió la ejecución de la tercera etapa del
proyecto de restructuración integral, cuyos trabajos consistieron
en la restauración de piezas, acondicionamiento de instalaciones
y actualización de contenidos, actividades en las que intervinieron
más de 2 mil personas, entre especialistas y operadores.
En esta fase se ejerció un presupuesto de 111 millones
de pesos, que si se suma a los montos que se han invertido en las dos etapas
anteriores, comenzadas desde 1998, se alcanza un total de 203 millones
de pesos.
El discurso histórico que se desarrolla en las
diversas salas del museo recorre un amplio abanico temático y cronológico,
desde el encuentro y choque entre los indígenas mexicanos y los
conquistadores españoles, hasta los umbrales del siglo XXI.
La colección permanente está compuesta por
cerca de 3 mil piezas originales, entre documentos, esculturas, textiles,
cerámicas, joyas, pinturas, muebles, fotografías, armas y
objetos de uso cotidiano, además de una serie de murales que se
distribuye a lo largo y ancho del recinto, con obras de David Alfaro Siqueiros,
José Clemente Orozco, Jorge González Camarena y Juan O'Gorman.
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