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México D.F. Sábado 15 de noviembre de 2003
Martín Rábago confía en
que no ocurra una convulsión social
Lamentable lentitud en los "cambios deseados": CEM
"Premios de consolación" a Rivera e Iñiguez
en la plenaria
JOSE ANTONIO ROMAN
En su primera declaración como nuevo presidente
de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el obispo de la diócesis
de León, José Guadalupe Martín Rábago, lamentó
la desesperanza de los mexicanos ante la "lentitud de los cambios deseados",
en un gobierno que empezó con muchas expectativas. Expresó
su deseo de que en el futuro del país no esté una "convulsión
social" como las ocurridas en otras naciones del continente.
En la última conferencia de prensa de la 76 asamblea
plenaria de la CEM, donde fue electo para el trienio 2003-2006, el prelado
dijo que los obispos "nos compadecemos de tantas situaciones de muerte
que vive el pueblo" y que la Iglesia católica pretende ser un "faro
de luz" que responda de manera positiva a las expectativas de los mexicanos.
Y es que desde su visión, México "está en un constante
riesgo de caer en la confusión y en la dispersión, consecuencia
del cambio de época que nos toca vivir".
Como portavoz de los más de 100 obispos católicos
del país, Martín Rábago dio lectura al mensaje final
de la asamblea plenaria, y durante casi una hora, junto con otros miembros
del Consejo de Presidencia de la CEM, respondió más de una
veintena de preguntas, entre las cuales destacó el tipo de relación
que mantendrá con el gobierno del presidente Vicente Fox, su opinión
sobre las reformas energética y fiscal, los retos de la Iglesia
católica en México para los próximos años,
la libertad religiosa y el desarrollo del mismo proceso electoral que le
dio el triunfo, incluso sobre los arzobispos de México, Norberto
Rivera Carrera, y de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez.
En
el último de los cinco días en que se reunieron los obispos
católicos, donde además de las elecciones evaluaron el trabajo
del trienio 2000-2003, los "amigos" y "promotores" de la candidatura del
cardenal Rivera no habían digerido la derrota, aunque conocen bien
la fuerte influencia que mantiene el prelado tanto a nivel civil, ante
el gobierno federal, como en el eclesiástico, con las iglesias de
otros países de América Latina y Estados Unidos, así
como en el Vaticano.
De esta forma, si no cambia la manera en que se dieron
las cosas en el trienio de la presidencia del arzobispo Luis Morales Reyes,
el cardenal Rivera seguirá siendo visto como la "llave" de los obispos
cuando pretendan entrevistarse con algún "alto funcionario" del
gobierno federal y resolver algún problema. Incluso, con mucha frecuencia,
no pocos prelados llegan a recurrir al cardenal para solicitarle un préstamo,
a través de la Basílica de Guadalupe, para concluir algún
proyecto o atender una emergencia. Esto, de momento, no ha cambiado.
Aunque la elección de Martín Rábago
fue la tarde-noche del pasado jueves, ayer por la mañana la asamblea
plenaria continuó con las elecciones de los obispos Rogelio Cabrera,
de la diócesis de Tapachula, y de Ramón Godínez, de
Aguascalientes, como vocales del Consejo de Presidencia, integrándose
al presidente, vicepresidente, secretario general y tesorero. También
se eligió a los representantes de las 15 regiones pastorales en
que está dividido el territorio nacional, conformando ambas instancias
-la presidencia y las regiones- los 21 prelados que integran el consejo
permanente de la CEM.
Asimismo, fueron electos los presidentes de las 27 comisiones
en que está dividido el trabajo de la conferencia. Vale destacar
que la fuerte intervención que previo a las elecciones tuvo el cardenal
Sandoval, cuestionando que no aparecía en ninguna de las ternas
para encabezar alguna comisión, tuvo reacciones positivas, de las
que también salió beneficiado el arzobispo Rivera Carrera.
De manera sorpresiva, porque no estaban en las ternas originales, a partir
de ayer Sandoval preside la Comisión Episcopal para la Doctrina
de la Fe, y Rivera, la de Cultura, de donde éste último podría
continuar con su proyecto de contar con un museo de arte sacro. Aun dentro
del Episcopado estos cargos se vieron como "modestos premios de consolación",
en comparación con sus aspiraciones de presidir el máximo
órgano eclesiástico.
Durante la conferencia, Martín Rábago se
refirió al tema fiscal. Dijo que esta reforma tiene que hacerse
con perspectiva de futuro, no con criterio "demasiado inmediatista". Pagar
impuestos, agregó, es impopular, amargo, y muchas veces incómodo,
pero en varias ocasiones los resultados a mediano y largo plazos son los
adecuados, pues "se da el caso de que algunas decisiones que se adoptan
sólo para el día de mañana, y que pueden parecer muy
agradables, con el tiempo tenemos que lamentar el no haber tomado determinaciones
con visión de futuro".
En todo caso, señaló, el criterio que tendríamos
que manejar es que el peso mayor del gravamen fiscal no recaiga sobre las
personas que han sido ya demasiado golpeadas con la pobreza que estamos
viviendo. Tiene que pensarse en una forma de recaudar mayores impuestos,
pero que éstos sean para beneficio social, no sólo para aumentar
el gasto corriente.
Respecto a la relación con el gobierno foxista,
dijo que la Iglesia mantendrá una línea de pleno respeto
y cordialidad, pero que seguirá exigiendo mayor marco de libertad
religiosa, pues si bien el país ha avanzado en este terreno, todavía
es necesario recorrer un largo trecho. Comentó que como parte de
la anterior directiva episcopal, conoció personalmente a la "pareja
presidencial", quienes a él y a otros obispos los invitaron a desayunar
en la residencia oficial de Los Pinos, aprovechando que tendrían
una reunión privada con el presidente Fox.
Incluso, aceptó que ha visitado varias veces a
la mamá del Presidente en el rancho de San Cristóbal -cerca
de la ciudad de León, de donde es obispo-, pero que en ese lugar
no ha tenido ningún encuentro con el jefe del Ejecutivo.
En el último punto de la asamblea plenaria, el
cardenal Juan Sandoval presentó a los obispos un informe sobre los
hechos por los que ha sido objeto de una investigación por parte
de la PGR por el presunto delito de lavado de dinero. Tras una exposición,
en la que aseguró que el motivo de dicha indagación es amedrentarlo
para que ya no exija el esclarecimiento del asesinato del cardenal Posadas
Ocampo, en mayo de 1993, los miembros de la CEM le expresaron su apoyo
incondicional, porque están convencidos de su "inocencia y honestidad".
Martín Rábago señaló que la
Iglesia católica mantendrá esta postura de defensa del cardenal
Sandoval y que reiteran la exigencia de los obispos para que también
se aclare el homicidio del cardenal Posadas Ocampo, muerto en el aeropuerto
de Guadalajara, producto de la confusión en un enfrentamiento de
bandas rivales de narcotraficantes, según la versión oficial.
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