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México D.F. Sábado 30 de agosto de 2003
¿LA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Por fin, novilladas
''YA NO SE perderá una generación
(de novilleros) como se temía y tampoco se abollará (sic)
la afición de un público ávido (resic) de presenciar
su espectáculo favorito (sicucha). Todo mundo salió ganando
(sicazo), aunque aún penden algunos fantasmas que pueden aparecerse,
cosa que sinceramente no deseamos. Por lo pronto hay que apoyar, alentar
e impulsar a los jóvenes novilleros y la única forma es estar
presente en el coso capitalino"...
CON
ESE TONO de falsa conciliación y un infranivel acrítico
escriben los cronistas positivos acerca de la fiesta taurina que padece
la ciudad, esos mimados publirrelacionistas de la empresa de la Plaza México
para justificar la ya larga cadena de ensayos y errores cometidos en la
sede nacional del Cecetla (Centro de Capacitación para Empresarios
Taurinos de Lento Aprendizaje).
EN EFECTO, MAÑANA domingo 31 de agosto dará
comienzo, con sólo cinco meses de retraso, es decir, 20 festejos
menos, el remedo de temporada chica 2003 en la Plaza México. Según
versiones piadosas, gracias a la petición unánime de los
matadores, subalternos y ganaderos para que el intocable empresario abriera
el coso, luego de que desde abril lo mantenía cerrado como respuesta
a las sanciones que se vio obligada a imponerle la casi siempre solidaria
delegación Benito Juárez por los abusos cometidos por el
promotor en la pasada temporada grande.
SEGUN LA REALIDAD, porque luego de innumerables
idas y venidas al Zócalo capitalino, de infructuosos cabildeos con
el secretario y el jefe de Gobierno del Distrito Federal y de condicionar
la reapertura del coso a que las autoridades le aprobaran unilateralmente
un bochornoso borrador de reglamento a su gusto, el cacique de la Nochebuena
logró entender que en determinadas ocasiones no podía seguir
haciendo su sacrosanta voluntad.
HARAN EL PASEILLO los jóvenes Atanasio Velázquez,
de Yecapixtla, Morelos, ya con tres años en las lides novilleriles,
sobrado de cualidades y valor, y obligado a dar una tarde memorable en
la México antes de decidirse a tomar la inminente alternativa; Aldo
Orozco, de Guadalajara, con sello y carisma, que este año ha sumado
15 novilladas, y Xavier Ocampo, también tapatío, del que
se dicen buenas cosas. El ganado será del hierro tlaxcalteca de
Rancho Seco y la entrada proporcional, no a la valía y potencial
de los muchachos, sino al lamentable manejo mercadotécnico del empresario,
que hace 10 años entiende y ofrece novilladas como inversión
de trámite, sin plan ni seguimiento, no se diga en calendarizada
coordinación con otras empresas.
¿QUE QUIEREN LOS herederos de una afición
que no hace muchos años todavía llenó la Plaza México
para ver novilleros? ¿Cómo aumentar la participación
de los toros en el mercado de los espectáculos? ¿Con qué
elementos promover la fiesta brava y cómo recuperar el interés
del público en ella?, son algunas de las preguntas que nunca le
ha interesado hacerse el promotor, por lo que habrá que ver cuántos
se animan a presenciar su extemporánea oferta de novilladas.
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