México D.F. Sábado 30 de agosto de 2003
Dedica recientes números 16 y 17 a Hugo
Brehme y el registro de la prostitución
Recupera Alquimia fragmentos de la fotografía
del país
MERRY MAC MASTERS
La revista Alquimia, órgano de difusión
del Sistema Nacional de Fototecas, celebró seis años de vida
con la aparición de su decimosexto número (invierno 2002-2003),
cuyo tema es Hugo Brehme. Los prototipos mexicanistas.
El
fondo del fotógrafo alemán naturalizado mexicano, que se
resguarda en la Fototeca Nacional -ubicada en Pachuca, Hidago- fue incluido
en la lista Memoria de Latinoamérica y el Caribe, del Programa
Memoria del Mundo, de la Organización de Naciones Unidos para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, anotó Adriana Konzevik,
miembro del comité editorial durante la presentación tanto
del número referido como del 17 (enero-abril 2003), Ritos privados,
mujeres públicas, sobre el registro de la prostitución
en México.
El reciente número contó con el álbum
Colección de prostitutas del c. gobernador Juan José Baz,
ciudad de México, 1868, documento hasta ahora inédito perteneciente
al Fondo Reservado de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público.
Alfonso Morales, coeditor con Patricia Gola de la publicación
hermana Luna córnea, afirmó durante su intervención
que tanto en la obra de Brehme como en muchas de las imágenes que
se publican en Alquimia 17, destacan "esa lucha entre la aceptación
de la realidad cruda y la representación sublimada de las ilusiones,
dirime un conflicto irresoluto que está en el centro de la fotografía
mexicana".
Una
de las principales aportaciones de Alquimia, señaló
Morales, y en especial del número dedicado a la prostitución,
ya que su tema fue rastreado por diferentes especialistas en distintas
ciudades, es que demuestra que ''la historia de la fotografía mexicana
está en los fragmentos dispersos y perdidos a lo largo y ancho del
país.
"En los dos casos -el arte fotográfico al servicio
de un comercio esteriotípico en que la realidad y la ilusión
se confunden, y el tratamiento visual de un sector social que del control
personalizado pasó al estigma como espectáculo, o viceversa-,
la fotografía resulta un juego ambivalente de revelación
y ocultamiento.''
En un contexto cultural "marcado por una política
depauperada, a golpes de desconocimiento, de desinformación, de
desinterés y de faltas de ortografía o de pronunciación",
la crítica de fotografía Laura González consideró
un doble mérito del equipo de Alquimia ''nadar a contracorriente,
con pocos recursos y desde una misma institución pública
para lanzarse en esta aventura de publicación", que además
llena un hueco y cumple "un necesarísimo fin de preservar la memoria
de nuestro patrimonio cultural".
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