México D.F. Sábado 30 de agosto de 2003
Tres fundaciones europeas retiran ofrecimiento de 200 mil dólares para el encuentro
Represalias de la UE contra Cuba afectan a bienal de artes visuales
Los organizadores hacen ajustes al presupuesto; el foro se celebrará con sólo 156 mil dólares Dos artistas de AL cancelan su asistencia por ''motivos políticos'' Convocados, 150 creadores
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 29 de agosto. La polémica internacional sobre la situación de Cuba alcanzó a la octava Bienal de La Habana, convocada para noviembre próximo. Tres fundaciones europeas retiraron su financiamiento para la muestra plástica y dos autores latinoamericanos cancelaron su asistencia, luego de que los textos que acompañaban a sus obras fueron rechazados por los organizadores del foro por causas políticas.
El presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, Rafael Acosta, confirmó hoy que las fundaciones Hivos y Príncipe Claus, de Holanda, así como Afa, de Francia, retiraron en conjunto más de 200 mil dólares comprometidos para el más importante encuentro de artes visuales en la isla.
Acosta también informó que los autores Alexander Apóstol, de Venezuela, y Priscila Monge, de Costa Rica, desistieron de participar en la bienal, a la que están invitados 150 creadores de países en desarrollo, después de que los organizadores rechazaron los textos que los artistas vinculan con su trabajo.
''Financieramente es un golpe fuerte'', dijo Acosta en relación con el retiro del patrocinio europeo, y recordó que tan sólo las aportaciones de las dos entidades holandesas representó 70 por ciento de los recursos de la pasada bienal (2000) y que, en contraste con los presupuestos millonarios de muestras similares, el foro de La Habana trabajará con sólo 156 mil dólares.
El retiro de los recursos se alinea con la política de represalias adoptada por la Unión Europea (UE) contra Cuba en junio, como parte de sus reacciones por el fusilamiento sumario de tres secuestradores de un barco y la detención masiva de opositores en la isla, entre marzo y abril pasados.
El funcionario cubano argumentó que los textos críticos que acompañan a los trabajos de Apóstol y Monge ''no interpretaban bien la obra y en el sentido político eran una manipulación de las obras de los artistas''.
Acosta relató que el trabajo de Apóstol, llamado Suite Caracas, basado en un proyecto urbanístico de la capital de Venezuela, evoca el tema de las utopías fracasadas. Dijo que los organizadores de la bienal, el consejo que preside y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam aceptaron la propuesta, pero en el texto que la acompaña "había algunas frases, algunas afirmaciones, que a nosotros nos parecía que en el momento actual que vive Venezuela podían ser realmente ofensivas, insultantes y no objetivas.
"Ustedes conocen perfectamente las relaciones actuales que existen hoy entre los dos gobiernos y entre los dos pueblos, y la ayuda que se está brindando al pueblo venezolano, en médicos, con la campaña de alfabetización...", dijo Acosta a la prensa, en alusión a la estrecha alianza entre los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez.
''Nos parecía que se podía buscar un texto que no fuese tan parcializado y que permitiera que realmente los públicos entraran en contacto con esta propuesta de Alexander Apóstol y cada cual sacara sus propias conclusiones.''
Agregó que Apóstol reivindicó el texto vinculado a su obra, escrito por una crítica argentina.
A su vez, Monge interpretó en una instalación un episodio de la Revolución Cubana, en el que, poco antes de morir, un joven escribió con su propia sangre en una pared la palabra "Fidel", en medio de un ataque aéreo a la isla en 1961. La obra también fue aceptada, pero no su texto acompañante: "Nos pareció que no era muy respetuoso con el gesto heroico".
Acosta subrayó que ninguna de las obras fue censurada, sino que fueron los propios artistas quienes se "autocensuraron''. En ambos casos, añadió, "prefirieron la interpretación de estas dos personas a someterse al diálogo plural que sería estar con esas piezas en la Bienal de La Habana y someterse a la interpretación de todos los críticos, teóricos, curadores, periodistas y amantes del arte''.
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