México D.F. Sábado 30 de agosto de 2003
Esperada, la decisión de Madrid: abogado
Pedroncini
Firma Kirchner el decreto que anula las leyes de impunidad
a represores
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 29 de agosto. El presidente Néstor
Kirchner firmó el decreto que promulga la nulidad de las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida, decidida por las dos cámaras del
Congreso de la Nación la semana anterior, lo que abre las puertas
a la reapertura en Argentina de varios juicios cerrados contra los militares
responsables de crímenes de lesa humanidad durante la pasada dictadura
(1976-1983).
Lo anterior se conoció en momentos de conmoción
por la decisión del gobierno conservador de España de no
aprobar el trámite de extradición de 45 militares y un civil
solicitado por el juez español Baltasar Garzón -cinco están
ya fallecidos-, que juzga delitos cometidos por la dictadura militar argentina.
En una primera reacción oficial, Kirchner dijo
que era una decisión de Estado del gobierno de España, y
que por su parte está dispuesto a "terminar con la impunidad", y
agregó que en Argentina existe ahora la posibilidad de que los militares
sean juzgados por la justicia local, algo que la sociedad esperó
mucho tiempo.
Hablando desde Santa Cruz, provincia sureña donde
se encontró con el presidente de Chile, Ricardo Lagos, Kirchner
confirmó la firma del decreto que promulga la nulidad de las llamadas
leyes de impunidad que datan de 1986-1987.
Votadas
a pedido del ex presidente Raúl Alfonsín, de la Unión
Cívica Radical, tras dos intentos de golpe de Estado, estas leyes
dejaron en libertad a miles de militares y policías que habían
secuestrado, torturado, desaparecido a más de 30 mil personas durante
la dictadura.
Los decretos del ex presidente Carlos Me-nem, de 1989
y 1990, terminaron de construir la impunidad, ya que indultó a los
jefes de las juntas militares.
Las familias de las víctimas, al tener todas las
puertas judiciales cerradas aquí, buscaron entonces otros recursos
en el exterior, e intentaron juicios en España, Francia, Italia,
Suecia y otros países.
Algunos magistrados de la Cámara Federal, como
Gabriel Cavallo, el primero en declarar en 2000 la inconstitucionalidad
de la legislación de impunidad, señalaron que están
dispuestos a reabrir varios juicios, pa-ralizados en su momento.
El juez Adolfo Canicoba Corral, quien dispuso la detención
de los militares solicitados para extradición por Garzón,
estaba a la espera de la comunicación del gobierno español,
lo que significará la inmediata liberación de los militares
represores, aunque algunos, como los ex dictadores Jorge Rafael Videla
y el contralmirante Emilio Massera, de la primera junta militar y poderosos
jefes del ejército y la marina, continuarán a disposición
de los magistrados que los mantenían detenidos.
"El rechazo del gobierno del presidente José María
Aznar invalidando el exhorto de extradición de los militares argentinos
es una decisión casi esperada", dijo a La Jornada el abogado
Alberto Pedroncini, uno de los cuatro patrocinadores de la querella contra
los responsables de la Operación Cóndor, la coordinadora
criminal de las dictaduras del Cono Sur.
Señaló que "existían varias razones,
y una de ellas es que el fiscal general de la Au-diencia Nacional española
siempre se opuso a este juicio de Garzón, tras sostener que la justicia
española no era competente para juzgar delitos de terrorismo cometidos
en otros países.
Asimismo, se trataba de una decisión política
del gabinete que tomó como parámaetro la decisión
del ministro del Interior británico en su actuación en el
caso de la detención en Londres del dictador chileno Augusto Pinochet
(1999), quien finalmente por esa decisión política no fue
extraditado a España y retornó libre a Chile".
Pedroncini enfatizó que el gobierno de España
no es el mismo que antes, "sobre todo después de apoyar a Estados
Unidos y Gran Bretaña en la invasión militar contra Irak,
lo que convierte al Estado español en violador de los derechos humanos
del pueblo iraquí, por lo que mal puede actuar en función
de los derechos humanos de otros pueblos" del mundo.
El abogado estima que Madrid intentó "lavarse la
cara" con una aparente preocupación por los derechos humanos, pero
en realidad hay una historia larga de bloqueo al juicio de Garzón;
"la decisión es de política, no de derecho", afirmó.
Hebe de Bonafini, de la Asociación de Madres de
Plaza de Mayo, sostuvo que el tema de la extradición aparecía
como "de-masiado forzado" por Garzón, en un país "donde nadie
se hace cargo de las víctimas que dejó el franquismo y muchos
no quieren recuperar la memoria de aquella tragedia española".
Las madres preparan sus juicios, especialmente contra
el marino Alfredo Astiz, infiltrado entre las fundadoras de esa institución
humanitaria en 1977 y responsable de la de-saparición de varias
de ellas.
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