México D.F. Sábado 30 de agosto de 2003
TERCER INFORME DE GOBIERNO
El panista culpa a Jesús Ortega; al lanzar
su candidatura dio el paso al priísta, dice
Jackson, relecto en el Senado; el apoyo de Gordillo
a Diego Fernández, inútil
Las negociaciones cupulares irritan a legisladores;
rebeliones en blanquiazul y tricolor
ANDREA BECERRIL
Contra la línea que se pretendía
imponer desde San Lázaro, en Xicoténcatl los legisladores
priístas se mantuvieron firmes y su coordinador, Enrique Jackson
Ramírez, rindió ayer protesta como presidente de la mesa
directiva del Senado para el primer año de ejercicio de la 59 Legislatura,
que inicia labores este primero de septiembre.
Aunque a última hora se le complicaron las posibilidades
a Jackson, por la negociación cupular que pretendía Elba
Esther Gordillo -para dejar la presidencia del Senado al Partido Acción
Nacional (PAN)-, los priístas se rebelaron y, con el apoyo de los
verdes y de la mayor parte de los blanquiazules, consiguieron
quedarse por segundo año consecutivo con la conducción de
ese órgano del Congreso.
Por ello, desde la parte trasera del recinto, en la penúltima
fila de escaños, donde fue a sentarse, Diego Fernández de
Cevallos, con gesto adusto, presenció la votación dividida
con la que se eligió a Jackson, 90 contra 20, toda vez que algunos
integrantes de su bancada, entre ellos Javier Corral Jurado, decidieron
votar libremente y lo hicieron en favor del perredista Jesús Ortega.
Aunque trataba de mostrarse sereno, Fernández de
Cevallos poco podía ocultar el enojo, después de que fallaron
los intentos de Gordillo desde San Lázaro para que él no
perdiera la mesa directiva del Senado, la cual le correspondía,
de acuerdo con la rotación concertada con el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) al inicio de la 58 Legislatura. Tuvo que conformarse
con la dirección de la Junta de Coordinación Política.
Pero ni el presidente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo
Mena, ni la negociación que intentó Gordillo, lo salvaron
de ser exhibido y relegado.
Por
la mañana, los senadores panistas, impulsados por el grupo de inconformes,
habían aceptado la posibilidad de que Fernández de Cevallos
presidiera el Senado, pero que a cambio dejara la coordinación de
la bancada blanquiazul en Xicoténcatl, opción que
se barajó el jueves por la noche, durante la reunión con
el dirigente panista.
Los senadores del PAN habían decidido ya que el
nuevo coordinador fuera Jorge Zermeño, y el propio Fernández
de Cevallos "en un giro de 180 grados", como lo definió uno de los
legisladores panistas, se comprometió a cambiar de actitud, a tener
un mejor trato con sus compañeros, a delegar responsabilidades y
hasta a tener un trato amable.
Sin embargo, después de mediodía todo cambió.
En Xicoténcatl se enteraron de que el arreglo final a que habían
llegado las cúpulas del PRI y el PAN era dejar la presidencia de
la Cámara de Diputados al blanquiazul y la del Senado al
tricolor.
La mayoría del grupo de inconformes, 23 por lo
menos, decidieron que no votarían por Jackson; tanto Corral Jurado
como Vicencio Alvarez declararon que impulsarían la candidatura
del perredista Jesús Ortega.
Los priístas tuvieron su propia rebelión,
sólo que no fue contra su coordinador senatorial, sino contra Gordilllo.
Reacios desde un principio a votar en favor de Fernández de Cevallos,
se enfurecieron ayer por la mañana cuando llegaron a Xicoténcatl
y Jackson les notificó que había la intención de dejar
la presidencia al PAN, para que el PRI pudiera presidir en San Lázaro.
Muchas voces se alzaron para rechazar lo que consideraron
una intromisión de Gordillo, y la bancada en pleno respondió
a Jackson que no avalarían que alguien como Fernández de
Cevallos, con todo el desprestigio que arrastra, tuviera en sus manos la
conducción del Senado.
Además, también el perredista Ortega rechazó
sumarse a la candidatura de Fernández de Cevallos, como se lo plantearon
los panistas, con el mismo argumento de que "Diego dejaría la coordinación
de la bancada". Así, sin posibilidades de ganar la votación,
dieron por perdida la presidencia del Senado y se decidió la negociación
en San Lázaro.
Casi a las dos de la tarde se instaló la sesión.
A nombre del PRD, Raymundo Cárdenas reivindicó el derecho
de su grupo a presidir el Senado uno de los seis años de esta legislatura.
"La institución de la presidencia de la Cámara
de Senadores, que por mandato constitucional tiene vocación de imparcialidad,
resultaría dañada, si no pervertida, cuando en ella, en su
propia integración, tuviese lugar la prevalencia de intereses de
grupo e incluso de intereses particulares, y esto ocurriría si fuese
acaparada por dos de las cuatro fuerzas políticas representadas."
Vino luego la votación para la mesa directiva.
La cédula con el nombre de Enrique Jackson estaba ya impresa. Para
votar por Ortega escribieron a mano el nombre en ese mismo documento.
Se esperaban mayores sorpresas, pero sólo cinco
senadores del PAN votaron por el perredista. Corral Jurado declaró
que fue uno de quienes dieron su sufragio a Ortega, y argumentó:
"Creo que el mensaje que se brinda al país con esta relección
de Jackson no es alentador". Otros panistas, como Carlos Medina Plascencia,
Gerardo Buganza y Alberto Rico Samaniego, se abstuvieron, aunque al final
sólo se registró una abstención.
Diego Fernández trató al final de dar la
impresión de que no fue derrotado. La presidencia del Senado "le
correspondía al partido mayoritario", dijo.
Ante la insistencia de los reporteros, acabó por
acusar a Ortega de haberlo bajado de la dirección del Senado, que
unos días antes consideraba segura. "A partir del momento en que
Jesús Ortega lanzó su candidatura, en ese momento aseguró
el paso del senador Jackson".
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