Presentó su corto La avaricia en la Casa de Morelos

Morelia no sólo es locación, sino que también hay talento: Jesús Pimentel

JAIME WHALEY ENVIADO

Morelia, Mich. Ante un lleno en el auditorio de la Casa Natal de Morelos ocurrió, la lluviosa tarde del sábado, la premier del cortometraje La avaricia.

El corto, con duración de 17 minutos, es el primero de una serie que versará sobre los siete pecados capitales y es también el primero realizado completamente por michoacanos, todos egresados de la escuela Solaris. ''Demostramos que Morelia no tan sólo es locación, sino que tambien es lugar donde hay talento'', afirmó el director de la cinta Jesús Pimentel.

La historia, de corte onírico, con textos de poetisas del siglo XX -''Morir / es un arte, como todo lo demás; / yo lo hago excepcionalmente bien'' (Lady Lazarus, de Sylvia Plath)-, versa sobre una mujer que retorna a la hacienda que le fue heredada precisamente el día que ella supuestamente fallece, aunque en realidad entra en un estado cataléptico del cual sale cuando el ambicioso de su marido, Estebán, le cercena el dedo anular para quedarse con el valioso anillo de compromiso que le dio. El corte le produce a la mujer un reingreso a la vida y se dedica a buscar a su marido, lo encuentra y éste muere por la impactante sorpresa de verla de nuevo.

Lourdes Romero, quien lleva el papel protagónico, en el personaje de Faustina, es, al igual que el resto del elenco, oriunda del estado, y deja ver que tiene tablas a pesar de su corta experiencia. Ha incursionado en proyectos más comerciales, como algunas telenovelas, pero confiesa que le atrae más este tipo de trabajos.

''El cambio es brusco'', señaló la actriz de 26 años, ganadora del concurso anual de belleza, al referirse al enfrentamiento que tiene que hacer entre actuar ante cámaras de televisión y ante las de cine. Ella empezó su carrera en el Corral de la Comedia, espacio teatral de esta ciudad, a los 19 años, cuando aún era estudiante de expresión corporal, con Roberto Briseño, en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, pero por falta de mayor desarrollo profesional tuvo que emigrar al Distrito Federal para inscribirse en un centro de formación de Televisa. ''Me dio gusto regresar y encontrarme con que empieza a hacerse algo aquí'', añadió Romero.

Tres exhibiciones

La curiosidad que generó la presentación del filme obligó a que se repitiera hasta tres ocasiones, pues buena cantidad de espectadores se dio cita en el sobrio y bien conservado edificio en el que, cuenta la historia, nació el prócer José María Morelos y Pavón, el 30 de septiembre de 1765, y que fue declarado monumento nacional dos siglos después, a iniciativa del presidente Adolfo López Mateos.

Por su parte, Jesús Pimentel, quien cambió su carrera de abogado especialista en asuntos de comercio exterior por hacer cine, y de quien fue la idea original y escribió el guión, expresó que la inquietud por el corto le llegó luego de concluir sus estudios de cine en Solaris, ''para revalorar la bellísima y vasta obra de poetisas como la estadunidense Sylvia Plath, la argentina Alejandra Pizarnik y la mexicana Rosario Castellanos, fallecidas las tres en circunstancias trágicas'' (las dos primeras por suicidio y la tercera debido a un accidente doméstico). Agregó que para él representaba un reto la posibilidad de vincular la obra de las tres y darle así voz al eterno femenino.

Para Juan Pablo Arroyo, el titular de Solaris, egresado de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, la respuesta del público a la premier ''promete y compromete'' para el siguiente corto de la serie que será La gula, el cual posiblemente lleve como protagonista principal a Ofelia Medina. Solaris comenzó a funcionar hace tres años y cuenta con 40 alumnos en sus diplomados, que abarcan todos los géneros de la producción cinematográfica.

Por su parte, Flora Gallegos, cabeza de Preciosos Productions, la empresa realizadora, informó que la producción tuvo un costo relativamente bajo para este tipo de cintas, apenas 100 mil pesos, y se llevó 60 días de trabajo.

La cinta se rodó en las inmediaciones del lago de Cuitzeo que, al igual que el de Patzcuaro, se seca triste e irremediablemente, aunque los lugareños sostienen que más que eso lo que sucede es que ambos se han azolvado.