.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

P O L I T I C A
..

México D.F. Viernes 1 de agosto de 2003

Jorge Camil

El custodio de las tinieblas

El problema con el regreso de Carlos Salinas de Gortari es que volvemos a la era de los hombres fuertes, al gobierno de políticos que manipulan el sistema al margen del proceso electoral merced a compromisos, poder económico, complicidades, amarres, amenazas y cobro de favores. Su regreso es inconsistente con el desarrollo de nuestra incipiente transición y una amenaza para las legítimas aspiraciones de confirmar nuestra democracia electoral en 2006.

Ginger Thompson, corresponsal para México de The New York Times, reconoce en un artículo, "El resurgimiento de un líder mexicano en desgracia" (20/7/03), que el regreso del ex presidente es preocupante "para una nación que está luchando por consolidar su flamante democracia", y constituye en opinión de sus opositores "una amenaza para el primer sistema mexicano multipartidista". Aunque, en aras de la proverbial objetividad periodística, Thompson deje abierta la puerta a la posibilidad de que Salinas pudiese haber regresado del exilio para salvar al atribulado gobierno de Vicente Fox.

Dejando a un lado los comentarios autocomplacientes de Salinas sobre la favorable acogida de su regreso y la supuesta inclinación del hombre de la calle de perdonar el pasado, la periodista cita en apoyo del hijo pródigo a Enrique Krause (of all the people), para quien el ex presidente "es el hombre de este país que ha tenido todo lo que le falta al presidente Fox: tremenda iniciativa y una idea muy clara de cómo ejercer el poder". Y aunque Krause afirma no olvidar los enormes defectos de Salinas, resulta extraño escuchar ese panegírico del mesurado historiador que calificó la era de los gobiernos priístas como la Presidencia Imperial: un sistema político en donde el ejercicio irrestricto del poder culminó, precisamente durante la administración salinista, con el rompimiento del delicado equilibrio que había prevalecido desde tiempos de Plutarco Elías Calles, y que permitió 70 años de relativa calma con crecimiento económico.

Es obvio que Salinas aparece ahora, aprovechando el vacío de poder ocasionado por la parálisis legislativa en que se encuentra atrapada la administración de Vicente Fox, "como puente entre el panismo declinante y el priísmo conspirante" (editorial de La Jornada 21/7/03), para propiciar, en concierto con los diputados de varios partidos políticos controlados por Elba Esther Gordillo y algunos legisladores insatisfechos del PAN, los cambios estructurales que no ha podido realizar el Presidente: la reforma fiscal, las enmiendas a la Ley Federal del Trabajo, el paquete energético y la reforma política.

Si el estilo ejecutivo avasallador del ex presidente le permite lograr sus objetivos, obteniendo al mismo tiempo el reconocimiento del electorado al liderazgo nacional del PRI, Salinas aislaría definitivamente al Presidente, convirtiéndolo en rehén del grupo legislativo que controle la Cámara de Diputados. Sin embargo, resulta claro que el objetivo principal es convertir al antiguo darling del neoliberalismo (filosofía hoy en decadencia) en factor de poder para controlar la candidatura presidencial de 2006 en favor de quien le ofrezca mejores garantías de continuidad: ƑJorge G. Castañeda, Carlos Slim, Manuel Camacho Solís, Diego Fernández de Cevallos?

A Salinas, un político pragmático sin ideología específica, jamás le ha preocupado cruzar las líneas partidistas con el fin de lograr sus objetivos. Esta es, después de todo, la oportunidad de realizar dos sexenios después el programa que en su momento los analistas llamaron con elegancia "el proyecto transexenal salinista": un maximato disfrazado. Adivinando las intenciones del ex presidente, Thompson insinúa que la oportunidad de realizar nuevas reformas estructurales pudiese haber sido el factor que animó "al hombre denostado por los mexicanos como el custodio de las tinieblas a volver a plantarse bajo los reflectores del escenario político".

En Estados Unidos un proverbio muy antiguo afirma que es imposible enseñar nuevas mañas a un perro viejo. Y el PRI es ciertamente la confirmación: tiene recursos humanos y materiales de gran valor, experiencia incalculable en todos los niveles de gobierno, militancia que se ha mantenido más o menos fiel, a pesar de las circunstancias, y la oportunidad de modernizar su base electoral y su filosofía política en torno al siglo xxi, apelando a una ciudadanía más joven, informada e inteligente, y sin embargo se prepara en forma incomprensible a recuperar el poder en 2006 recurriendo, como en la cinta de Bryan Singer, a los sospechosos de siempre: Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo y, ahora, Carlos Salinas de Gortari.

Esta es la prueba fehaciente de que el partido carece de imaginación y liderazgo político para luchar y ganar la próxima elección presidencial con transparencia y dentro del marco democrático que exige el México actual.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email