México D.F. Jueves 10 de julio de 2003
Debaten médicos si la operación
debió practicarse
Realizan el funeral de las siamesas en Singapur
Sabía que regresarían muertas,
dijo su padre adoptivo
REUTERS
Singapur, 9 de julio. Mientras las siamesas iraníes
que murieron en un hospital de Singapur eran veladas en esta ciudad, expertos
y familiares debatían si la cirugía para separarlas debió
realizarse.
Las hermanas Ladan y Laleh Bijani, de 29 años,
dejaron en claro que estaban dispuestas a someterse a la operación
a pesar del riesgo de la muerte de una o de ambas, porque querían
llevar vidas separadas.
"Apostaron y perdieron", fue el veredicto en la nota principal
del periódico Straits Times en Singapur, que añadió
que esta operación sin precedente constituía "historia en
marcha".
"No se debe hablar de estímulo cuando han muerto
pacientes", expresó en un editorial. "Pero, atormentado por las
emociones de lo que fue literalmente un trabajo clínico, Singapur
gozará de renombre internacional por sus avances médicos
cuando la comunidad profesional (médica) dé su veredicto."
Sin embargo, el hombre que llevó los cuerpos de
las siamesas a Irán sólo pudo sentir amargura e ira por su
muerte.
"Compartimos la casa por 27 años y me siento vacío",
dijo Alirezza Safaian, quien adoptó a las siamesas cuando eran pequeñas.
Safaian, quien también es médico, no pudo
contener el llanto al hablar con la prensa en su casa, en el suroeste de
Teherán. Subrayó la tristeza que sintió cuando sus
hijas decidieron operarse y los cirujanos de Singapur optaron por separarlas
a pesar de los riesgos.
"Cuando viajaron a Singapur, sabía que regresarían
como cadáveres. Se las llevaron como si fueran a matarlas", expresó.
"Tanto mi hermano, que es médico en Alemania, como
yo les dijimos a todos que la separación era imposible", añadió.
Los casos de siameses unidos por la cabeza ocurren una
vez por cada 2 millones de nacidos vivos. Nunca se había intentado
una cirugía de separación en adultos.
Un neurocirujano en Alemania, que rechazó separarlas
cuando tenían 14 años, dijo el martes que estaba sorprendido
de que la operación se hubiera intentado.
Madjid Samii, presidente del Instituto Internacional de
Neurociencia en Hanover, Alemania, dijo que había rechazado firmemente
la solicitud de las siamesas para que las separara.
Después de meses de exámenes en 1988, Samii
decidió que la vena que ambas siamesas compartían y que llevaba
sangre de sus cerebros al corazón implicaba que la probabilidad
de supervivencia era prácticamente nula.
Los médicos de Singapur involucrados en la cirugía
admitieron que también ellos detuvieron la operación durante
la etapa final de la cirugía de 50 horas para analizar sus opciones.
"El equipo quiso saber una vez más cuáles
eran los deseos de Ladan y Laleh, y le informaron que querían separarse
bajo cualquier circunstancia", dijo Loo Choon Yong, presidente del Grupo
Médico Raffles en el hospital donde operaron a las siamesas.
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